Los algarrobos, tan de moda últimamente por el precio que se paga por su fruto, necesitan un cuidado importante como es la poda para que mantengan una buena producción año tras año; necesitan, como todo, mimo.
El experto podador e injertador Bernat Ramis ha impartido un interesante curso, organizado por la Associació de Varietats Locals de Mallorca, en el cual ha explicado las técnicas, el momento idóneo y el proceso de injertar, aunque también ha aprovechado la ocasión para aportar conocimientos sobre la importancia de una buena poda.
Para realizar un injerto, lo principal es que el árbol esté en buenas condiciones. Es una operación bastante simple, que puede hacer tanto un profesional como un aficionado, pero que fructifique ya es más difícil; un 30 % de los injertos –como mínimo– no suelen agarrar. Las condiciones en qué esté el árbol y la temperatura influyen: entre 10 y 28 grados, aunque lo óptimo es entre 15 y 20º. Por ello, los meses idóneos son de marzo a junio y de finales de agosto hasta octubre. Bernat Ramis explica que las modalidades más usadas son el escutet y plaqueta.
En cuanto a la poda, Ramis, incide en la necesidad de realizarlas de manera suave, «no es conveniente hacer podas drásticas porque éste es un árbol muy sensible a las heridas; es mejor hacerle pequeñas podas, suaves y más constantes», explica. Un buen momento para hacerle una poda de mantenimiento o fructificación es después de la producción de algarrobas, entre septiembre y abril. «Se le quita como mucho una cuarta parte de la masa de hojas y en árboles que estén bien; si no lo están es aconsejable quitarles menos frondosidad», asegura.
Si es un ejemplar que hace muchos años que no se poda, se le puede hacer una de rejuvenecimiento, que se realiza en ramas madre y las más gruesas, que pasado un tiempo volverán a brotar. Cuando se corten se tiene que ir con sumo cuidado porque «las ramas expuestas al sol se queman y algunas variedades pueden no cicatrizar bien, provocando que se vaya pudriendo y vaciando la madera», comenta Ramis.
Esta poda es mejor realizarla en el mes de marzo, justo antes que se desarrolle con una buena crecida. Durante el curso también ha explicado que un árbol que se va deshaciendo por la parte de adentro, es mejor que esté un poco abierto para que le entre el aire y mate los hongos –llamados anaeróbicos, que viven sin oxígeno– que se encuentran dentro de este hueco. Si el árbol tiene algún agujero o hendidura por donde pueda entrar el aire, le ayudará a sanearse y fortalecerse. Similar les ocurre a las oliveras.