Las redes sociales en España han ardido tras la publicación de una serie de vídeos virales en los que una joven de Cataluña, Ivet Playà, narra su experiencia personal con Alejandro Sanz, un ídolo musical reconocido. Su testimonio, compartido en TikTok y visualizado miles de veces, ha destapado una serie de situaciones que, según su relato, pasaron de la ilusión al desconcierto y la angustia. La joven, de ahora veintisiete años, asegura haber vivido lo que ella llama «la peor pesadilla» tras mantener una relación —primero como fan, y después laboral y personal— con una destacada figura de la música española.
Ivet Playà afirma que su vínculo con el famoso comenzó años atrás, cuando era una adolescente de sólo dieciocho años. Todo comenzó con la típica admiración de fan: interacción en las redes sociales, mensajes directos y comentarios en publicaciones públicas. Según su versión, estos gestos no sólo la entusiasmaron, sino que también la llevaron a recorrer gran parte de España asistiendo a conciertos, motivada por la posibilidad de estar cerca de su ídolo. Playà relata cómo, con tan solo diecinueve años y trabajando como dependienta, logró asistir a diez conciertos en un mes y medio. El propio artista, según ella, conocía los esfuerzos de sus seguidores más jóvenes y cercanos. «Yo era su fan y él me siguió en redes sociales, y yo alucinaba con que alguien como él, tan famoso y tan querido por todo el mundo, me mandara mensajes, me comentara las fotos, o incluso, publicaba cosas mías en sus redes», prosigue.
La historia, que en un principio parecía el sueño de cualquier admiradora, se tornó más oscura al avanzar en el tiempo. Playà reveló que dio un giro radical a su vida: decidió mudarse sola a Madrid desde Barcelona después de recibir una propuesta laboral en el entorno del cantante. A su llegada, pronto notó situaciones inquietantes: la sensación de estar siendo vigilada en sus conversaciones privadas y la intromisión en su intimidad, que transcendía incluso el ámbito profesional. «Quedamos por primera vez en privado, cuando yo tenía 18 años. Él tenía 49 en ese momento. Alejandro Sanz sabía perfectamente lo que yo era, desde el principio lo sabía. Yo era una niña, una niña que con 19 años se puso a trabajar de dependienta para recorrerse toda España, detrás de él… Me hice 10 conciertos en un mes y medio y él lo sabía. Jugó con mis sueños, jugó con mi ilusión…», denuncia.
Según Playà, la relación entre ambos se intensificó más allá de lo profesional, alcanzando un vínculo personal y posteriormente íntimo. «Pensé que estaba viviendo algo increíble, y sin embargo aquello no tardó en volverse insostenible y perjudicial para mi bienestar emocional», asegura en sus publicaciones. «Mi vínculo personal con Alejandro Sanz fue irremediable, y se convirtió en íntimo y sexual. Se suponía que estaba viviendo un sueño, un sueño más de su mano, pero la realidad es que se convirtió en una terrible pesadilla», añade. «Me siento engañada. Me siento utilizada. Me siento humillada. Me siento, incluso, sucia porque no sé quién ha podido llegar a ver lo que yo le mandaba en mi más absoluta e íntegra intimidad».
La joven manifiesta sentirse completamente desprotegida y utilizada, llegando a describir su estado actual como de «humillación» y «engaño» dadas las supuestas acciones de su antiguo referente. Incluso expresó en sus palabras sentir una pérdida de los límites morales y humanos por parte del artista, haciendo hincapié en la posición vulnerable en la que quedó a lo largo de este proceso.
El testimonio de Ivet Playà no alude explícitamente a delitos, pero sí pone sobre la mesa importantes debates sobre la gestión del poder, la diferencia de edad y la responsabilidad de figuras públicas en España y más allá de sus fronteras. Ella misma recalca que su intención es principalmente dar voz a experiencias silenciadas y advertir sobre los peligros de las relaciones desiguales que pueden aparecer entre ídolos y seguidores jóvenes.
«Sus acciones llegaron a traspasar cualquier límite de lo que yo consideraba, y considero, moral e incluso, humano», denuncia. «Recuerdo una entrevista que dio en marzo de este año, donde decía que se lleva a gente por delante, y decía que es peligroso. Y si tú, que has llegado hasta aquí, te preguntas que por qué estoy aquí contando esto, es porque a mí Alejandro Sanz me ha llevado por delante. A mí me ha dado miedo. Él mismo lo reconoce», confiesa.
«Ya no soy esa niña que estaba dispuesta a todo para estar más cerca de él. La Ivet de hoy sabe lo que es un vínculo sano, proporcional y recíproco. Y reconoce cuando alguien hace las cosas con el corazón y cuando alguien se siente tan vacío por dentro que solo se siente bien utilizando el corazón de los demás. ¿Y ahora qué? Ahora la verdad. Ahora yo», sentencia la joven.
La relevancia de este testimonio se ha visto acrecentada por la respuesta inmediata de la comunidad online. Decenas de miles de comentarios y debates han surgido en plataformas como Twitter, Instagram y TikTok, donde las opiniones son variadas. Muchos usuarios, sobre todo jóvenes, han expresado empatía con Playà, reconociendo la dificultad de denunciar situaciones similares. Otros, en cambio, reclaman cautela hasta que se esclarezcan todos los detalles y se escuche la versión del señalado.
La niñata se vino tanto arriba...que se vió como "la señora Sanz" y madre de sus últimos hijos...y no aceptó de muy buen grado...la CRUDA REALIDAD. HALA VEEEESSSSSSS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!