En mayo de 2006, David Bowie dijo que estaba «harto» de la industria musical y anunció que se tomaba un año sabático. Han pasado más de cinco años sin apenas noticias del «Duque Blanco» y millones de seguidores se preguntan qué ha sido de uno de los artistas más influyentes de nuestro tiempo.
El clamor de los fans se ha intensificado después de que Paul Trynka, autor de una nueva biografía sobre el músico, afirmara recientemente que el prolongado silencio de Bowie, de 64 años y que publicó hace ya ocho su último álbum ("Reality"), debe interpretarse como una retirada.
Y es cierto que ocho años de inactividad representan mucho tiempo en una de las carreras más fructíferas e inspiradoras de la historia de la música, que en medio siglo apenas conoció pausas y atravesó tendencias como referente de varias generaciones.
David Robert Jones (Brixton, Reino Unido, 1947) dejó los escenarios de forma abrupta. En junio de 2004 tuvo que ser operado del corazón debido a una obstrucción arterial tras sufrir un dolor muscular durante un concierto. Un buen susto que obligó a cancelar su gira europea -que tenía parada en España-.
«Ansío recuperarme del todo para regresar al trabajo», dijo Bowie tras la operación, mientras sus representantes anunciaban que ya trabajaba en las canciones de un nuevo álbum.
Pero desde entonces apenas se le ha visto. Alguna aparición estelar, como las que hizo por sorpresa en 2004 en un concierto del guitarrista de Pink Floyd David Gilmour y en un festival benéfico junto a la cantante Alicia Keys.
Luego llegó su anuncio de que estaba «harto de la industria». Dijo que necesitaba tiempo para descansar y que se tomaba un año sabático en el que no saldría de gira, ni grabaría ningún disco.
Durante doce meses se dedicaría a pasear y a ver películas de cine, señalaba Bowie en un comunicado en el que además alardeaba de su capacidad de ver hasta tres películas de Woody Allen de un tirón.
El músico salió de su cueva para participar en un par de temas del álbum de canciones de Tom Waits que la actriz Scarlet Johansson publicó en 2008 y para acompañar a su hijo, Duncan Jones, en el estreno de «Moon», el debut de este como director de cine.
Su discográfica (EMI) ha seguido reeditando su catálogo, publicando material en directo y proponiendo una enésima recopilación de éxitos, a la espera de un nuevo disco que no termina de llegar.
Las últimas intervenciones públicas del músico han sido para desmentir desde su página web (Davidbowie.com) que estuviera trabajando con Mick Jagger en una comedia cinematográfica y que fuera a colaborar con el rapero Jay Electronica o para denunciar que alguien ha suplantado su personalidad en una cuenta de Twitter.
Pero ni una palabra sobre su supuesta jubilación anticipada, pese a las súplicas de revistas especializadas como New Musical Express, que hace poco le rogaba que no abandonara aún la actividad musical.
«Sería un milagro que volviera», asegura Paul Trynka sobre el posible regreso del autor de «Heroes».
Mientras tanto, Bowie prefiere hablar estos días desde su página web del undécimo cumpleaños de su hija, Alexandria Zahra, fruto de su matrimonio con la modelo Iman, con quien se casó en 1992.
Todo indica que el corrosivo «Ziggy Stardust», el ambiguo «Rey del Glam», el transgresor «Aladdin Sane», el «Gran Cameleón» del rock se ha transformado en un feliz padre de familia que no echa de menos los focos.
Y que disfruta del año sabático más largo de la historia del rock en algún lugar que parece tan lejano como los escenarios de sus canciones sobre odiseas espaciales y la vida en Marte.