En un escondido rincón de la barriada palmesana de Portopí encontramis una calle cuyo nombre no te deja indiferente. La calle del Perill, ubicada entre el oratorio de Sant Nicolauet -tras el popular centro comercial- y el Paseo Marítimo, ocupa apenas medio centenar de metros y sin salida y va en paralelo al Par de Pelaires, una zona verde en la que hay equipamientos infantiles en los diferentes niveles que conducen hasta la primera línea del mar.
El 'perill' o peligro en castellano que se esconde tras el nombre de esta calle es todo un misterio para vecinos y residentes, consultados por este diario, de la misma manera que para historiadores que han trabajado la toponimia de Palma, como Gaspar Valero o Gabriel Bibiloni. Este último ha buscado información al respecto, aunque sin fortuna. A partir de ahí, se pueden dibujar diferentes teorías o intentar buscar una explicación a esta singularidad dentro del callejero palmesano.
Estudiosos como Valero refieren un posible origen devocional, apuntando en este supuesto a la Virgen de los Peligros; de la misma manera, abren otras posibles hipótesis vinculadas al desnivel del terreno en esa zona, con una ligera altitud y trabajado en diferentes niveles para conectar la parte alta de Portopí con el Paseo Marítimo.
La proximidad de escenarios como el torrente del Mal Pas pueden dar pie a una vinculación con ese 'perill' (peligro), al igual que su presencia en una vía de acceso directo por vía marítima en otras épocas, siendo una zona de posible peligro de entrada de enemigos. Otro extremo podría derivar a la hora de interpretar este nombre en una mala traducción del topónimo. Un interrogante que convierte la anécdota en una curiosa historia todavía por conocer.