Ana Obregón ha vuelto a Mallorca, aunque haya sido un tanto fugazmente, para pasar unos días de descanso en la casa que su familia posee en Costa dels Pins. Y lo ha hecho con su hijo, Alejandro Lequio, gran aficionado a las motos acuáticas, que está hecho un gigantón y que estudia en Estados Unidos.
Fiel a la costumbre autoimpuesta hace algunos veranos, Ana no ha posado para la prensa, lo cual es una lástima. Por varios motivos: porque nos priva de estar un rato con ella, porque por eso no pasamos una tarde divertida y porque nos quedamos sin conocer noticias que tienen que ver con ella y con los proyectos que tiene. ¡Qué le vamos a hacer! En contra de la opinión de algunos, Ana es una mujer inteligente, que sabe lo que quiere y que tiene muy claro la realidad que estamos padeciendo. Sin ir más lejos, el año pasado, una tarde que coincidimos con ella en el hotel Valparaíso, nos comentó que los problemas de este país no los soluciona un gobierno, sino un gestor, alguien que vea la realidad tal y como es, y no desde los mundos de yuppi, que es desde donde la ven los políticos que nos gobiernan.
Decíamos que Ana ha estado en Mallorca, donde se la ha visto no muy lejos de su casa, procurando pasar lo más discreta que ha podido, cosa que ha veces no le ha sido posible. Como saben, el pasado sábado, de la mano de José Luis Moreno, y con opinión para todos los gustos, Ana volvió a televisión presentando con Mar Saura, José Lobato y Pablo Puyol el programa de variedades Sábado sensacional, que contó con las actuaciones de Pastora Soler, Chenoa, Camela, Ruth Lorenzo y el esperado dúo entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja.