La noche de Sant Joan, a diferencia del resto de noches del año, se caracteriza por su magia y por ser la más corta del año, puesto que a partir de ella la noche le va ganando minutos al día. ¿Magia? La hay, y no solo frente al mar, donde se reúne casi toda la gente que sale de casa a disfrutar de esa noche.
Aquella Nit de Sant Joan que de la mano del pueblo comenzó a celebrarse de forma espontánea hará más de veinte años en distintas playas de la Isla ha escalado en los últimos tiempos las cotas más altas en cuanto a participación ciudadana, cosa que una vez más se logró anoche, al menos en las playas de Palma –que en otras playas también–, pero desde luego en todas con más gente que en otras noches de verano.
Y es que en ésta, además de la bonanza, tuvo mucho que ver la magia y lo mágico, la luz de las velas plantadas sobre la arena, el fuego de las pequeñas hogueras que muchos saltaban porque dice el ritual que espanta los males o que permanecen a su alrededor con un deseo in mente; la música, la cercanía del mar en el que muchos terminarán sumergidos, con la luna reflejada sobre sus aguas. Sí, la de anoche no fue una noche cualquiera, ni tampoco el baño que nos pudimos dar en aguas con pétalos de flores o la cena al lado del mar. Fue una noche diferente. Fue la Nit de Sant Joan.
Talleres para niños
Pero no solo hubo fiesta en las playas, sino que también la hubo en el Parc de la Mar - a la que asistieron muchísmos extranjeros, turistas y residentes-, donde, de la mano del Ajuntament de Palma, con un presupuesto recortadísimo, músicos, collas de dimonis y ciudadanos disfrutaron de la noche, empezando por los niños, que tuvieron sus talleres de máscaras, titelles, bimbolles... A continuación, ball de bot al son que marcó Al Mayurqa -muy reivindicativa, por cierto, dedicando canciones a los docentes, a la bandera del Paisos Catalans, a Jaume Sastre, etc.- seguido de la invitación a la fiesta por parte del presidente de la Federació d' Associacions de Veïns de Palma. Pero, tal vez lo más esperado de la noche fuera el pregón de Dimoni Bufó, este año pronunciado por Mateu Mates, Xuri, mitad cantado, mitad glosado, que no defraudó.
De todo un poco
Porque en Xuri habló del Govern, al que calificó de tossut, «que no escucha y que se hace el sordo, comparándolo con un árbol bord, que cap casta de fruit dona». Añadió, siguiendo con el Govern, que «bombardea a las escuelas y habla mal de los docentes». Más adelante abogó por una «Palma digna y fiel a sí misma y capital de un pueblo que quiere ser libre para aprender a convivir con un mundo multicultural». Habló también de farmacias, compatibilitas y Till, recordando que «somos famosos por el juzgado, por el que se ha paseado la Infanta, a la vez que hospitalarios por la ayuda que le brindamos a gente pobre que veranea en Marivent». Y dedicó unas palabras a los nuevos Reyes, «símbolos coronados», recordando al final, que l'element de cohesió és la llengua catalana, tot i que la castellana també jugui el seu paper.
Amigos y familia
La noche culminó con el correfoc en el Parc de la Mar, con la collas de dimonis Enfocats, Realment Cremats, Kinfumá, Endimoniats, Trafoc y Els dracs de San Jordi y de Na Coca. Fueron en total 181 dimonis quienes durante una hora bailaron en la noche de Sant Joan. Miles de personas se sumaron a esta cita veraniega con ganas de pasarlo bien y de compartir con amigos y familia una noche especial.
También en Can Pastilla o en la Platja de Palma hubo fiesta. En la prmera sonaron los tambores de la batucada Saravà ante cientos de personas que no se quisieron perder esta cita con la música, el fuego y el mar.