La feria más importante de Mallorca, el Dijous Bo de Inca, sirvió una año más para atraer, pese a la lluvia, gente de toda la Isla. Miles de personas se trasladaron a la ciudad del Raiguer para participar del ambiente festivo. Los productos artesanos, la gastronomía, la maquinaria, los coches, los animales, ... cada persona tenía su motivo para acudir a firar a Inca y pasear por la ciudad porque era mucha y muy variada la oferta.
A primera hora de la mañana y hasta el mediodía la lluvia quiso ser la protagonista del día y supuso una disminución en la asistencia de gente, pero pese a ello los vendedores no perdían su esperanza y al mediodía el tiempo ayudó, y poco a poco Inca se convirtió, un año más, en la capital de la Isla por un día. Autoridades y vecinos salieron a la calle para recorrer los cientos de stands que ofrecían desde el producto más autóctono y de temporada, como las olives trencades, hasta los esclata-sangs de Ávila.
El concurso de porc negre , las ovejas, la exhibición de doma de caballos o el concurso ornitológico fueron otros de los atractivos del Dijous en la Plaça del Bestiar. Los tractores, coches, camiones y la maquinaria agrícola o de jardín fueron los elementos imprescindibles de la jornada para los visitantes amantes de la agricultura o el bricolaje. Embarcaciones o la venta de leña eran algunos de los complementos sorprendentes de la jornada en la que amigos, familias, jóvenes, turistas y grupos de tercera edad de toda Mallorca aprovecharon para pasear e incluso degustar la gastronomía que ofrecían los cellers de la ciudad.
De esta manera el Dijous Bo convirtió la ciudad en el punto neurálgico de la Isla. Todos, grandes y pequeños, tuvieron su momento de diversión y encontraron el producto deseado para firar . Ahora, cada Dijous sigue siendo fiesta en Inca, su mercado semanal atrae a mucha gente, pero el Bo no regresará hasta noviembre del año que viene y seguro que volverá a cumplir las expectativas. A.P/J.S.