Francisca Segura expuso cerca de 200 obras en la galería ArtMallorca. Se trataba de una metáfora de la vida reflejada en rostros femeninos, de diferentes estilos y con gran generosidad de luz y colorido, que reflejaban sentimientos y emociones vividas.
La mirada, explícita u oculta bajo unos ojos caídos, expresiones de agobio, tristeza, melancolía o satisfacción, con cabezas portando lo que su cerebro registra en algún momento del día, no dejó indiferentes a los espectadores de las obras la tarde de la inauguración. Los lemas reflejan su sentido del humor unido a la plausible técnica.