La celebración de los cien años de vida del tranvía que une Sóller con el Port, que tuvo lugar el viernes de la pasada semana, será uno de los acontecimientos que permanecerán en la retina de los que tuvieron la suerte de vivirlo.
La estación y sus alrededores se quedaron pequeños para acoger a las autoridades y cientos de invitados que se mezclaban con gentes ataviadas con espectaculares trajes de época. Tras descubrir una placa en la estación de Sóller, cuatro convoyes partieron hacia el Port, el último de los cuales portaba a las autoridades y las Valentes Dones, que fueron recibidos en el paseo del Port por fuegos artificiales y los Esclatabutzes, la cuadrilla de dimonis que danzó junto a los vagones al ritmo de la Batucada de Sóller.
Al llegar a la estación del Port y tras los parlamentos del presidente del Tren de Sóller, Óscar Mayol , y representantes de las diferentes instituciones, se descubrió un mural en homenaje a a Emili F. Miró, obra de Gardy Artigas. En ese momento fue cuando comenzó la fiesta más popular con música en directo y un cóctel.