El mallorquín Fabián León Parra tiene 18 años, es natural de Can Picafort y reside en Madrid, donde estudia Márketing y RR.PP. en la Universidad Rey Juan Carlos. El joven es uno de los concursantes más carismáticos del programa Masterchef, que se emite en la noche de los martes [hoy] La 1 de TVE, por dos razones: porque de los concursantes es el más joven de todos, y porque sigue en el reality, pese a que ya lo han abandonado algunos.
Su madre, que se llama Carmen, y es de Jaén, y su padre, José Luis, natural de Córdoba y cocinero en un hotel de la zona, se sienten muy felices siguiendo la trayectoria de su hijo en el programa, en el que no regalan nada y, en cambio, exigen mucho y no perdonan. Por tanto, es un gran mérito seguir entre los finalistas. «De pequeño ya se metía en la cocina con su padre –cuenta Carmen–, y que yo recuerde, a los 10 o 12 años ya empezó a cocinar algo. Hoy se le da bien todo, pero sobre todo la repostería».
Fabián, por sus estudios, reside en Madrid. Y según hemos leído en su blog, en invierno sobre todo, cuando el frío aprieta de lo lindo, se pasa mucho tiempo en la cocina de su piso, a la que convierte en poco menos que en el salón de la casa, puesto que en ella está 'calentito' y, encima, haciendo una de las cosas que más le gustan: cocinar. En cambio, a la madre, rodeada de cocineros por todas partes, no le gusta la cocina, «aunque soy la que cocino en casa», relata Carmen.
Imprescindible
Desde que está en el programa, que ya va para un mes, sólo tienen contacto verbal con él a través de una llamada telefónica que les permiten, y no de mucho tiempo. «Por ello hablamos sólo de lo imprescindible, de cómo está y de cómo le van las cosas, y así, pues no hay tiempo para más. Yo le veo bien. Veremos qué pasa», expresa su madre. Cuenta Carmen que si está ahí, «es por una sobrina, prima suya. Ella fue la que le habló del programa; ella fue quien le animó a presentarse...», recuerda. Y Fabián se presentó. Y por lo que hemos visto a través de su cuenta de Twitter –que si no eres seguidor llegas a él a través de @foodtografia, donde ofrece la perspectiva de la cocina a partir de los ojos de un joven mallorquín apasionado por la fotografía–. Lo hizo de puntillas, sin hablar mucho del asunto, puesto que sólo lo contó la víspera de la que fue la final de las pruebas: «Hasta ahora no había dicho nada pero... ¡Mañana voy a la final de los cástings de Masterchef! Sólo quedan 40», decía en Facebook el joven cocinero.
Buen amigo
Su amigo Xisco Miquel Estelrich nos cuenta que le conoció en primero de ESO, y que es un chico extrovertido, simpático y apasionado por la cocina, «que no por ello se pasa todo el día con nosotros, sus amigos, hablando de ella, ¡que va! Y como estudiante, muy bueno. Me corregía mis trabajos y así me iba muy bien. Además es muy buen amigo».
Xisco destaca de él, como cocinero, su faceta de repostero. «Su tarta de cerveza Guinnes, ¡extraodinaria!», un plato que, según cuenta Fabián en su blog, en el que combina lo mejor de la repostería con la fotografía, «sólo os puedo decir que me daba bastante miedo al principio, por lo de la cerveza negra Guinness. Pero te digo yo que lo único que tiene de cerveza negra es el color. Sabe a chocolate puro, pero sin empalagar. Logra ser intensa y suave a la vez, esponjosa y húmeda, con el toque de dulzor perfecto. Si a este milagro le sumamos ese frosting... ya puedes ir corriendo a comprar lo que te falta, porque, ya te lo digo yo, será una tarta que no creo que olvides en mucho tiempo!».
Además de cocinero y repostero, Fabián, como hemos podido ver en www.foodtografia.net, es una excelente fotógrafo. Sobre todo de platos de comida, lo cual no es fácil fotografiarlos ya que, como todo, dice, «requiere cierta técnica».