Son Collel, la preciosa finca de los Conrado de Villalonga, don Pep Francisco Conrado de Villalonga, se vistió de fiesta para ser un año más, y van dos, la sede de esta tradicional y divertida concentración de miembros y amigos o colaboradores de la milenaria Orden Hospitalaria de San Juan de Malta, que el anfitrión preside en las Illes Balears. Más de doscientas personas quisieron formar parte de esta única y elegante gala que cada año, salvo alguna breve interrupción, reúne a la crème de la crème de la nobleza española, y por supuesto la mallorquina, que nunca falla a esta ya clásica cita del calendario estival.
Frente a la casa, de fachada austera pero engalanada con domasos que representan solemnidad y fiesta y la cruz que simboliza a la orden colgando sobre el portal que conduce al patio, se sirvió un cóctel que hizo posible que muchos conocidos pudieran saludarse por primera vez en lo que va de estío, mientras disfrutaban de las excelencias del lugar y de la convocatoria, que volvió a ser, como ya he dicho, un gran éxito. No voy a nombrar a nadie porque todos los asistentes eran y son importantes y no quiero dejarme a nadie en el tintero. ¡Fue lo más!