Que Mallorca tenga problemas para tener beach clubs en condiciones es algo que nadie se explica, cuando en Ibiza es lo normal. Aquí todo son impedimentos, así que cuando abren mis amigos son los primeros en ponerse guapos y dar al verano la bienvenida en los sitios junto al mar, con música, buena comida y gente guapa que aseguran días de diversión y noches prohibidas, porque esa es otra.
¿Dónde se ha visto que una isla de vacaciones cierre a los doce sus terrazas y que a partir de las 23 horas ya no se pueda cenar decentemente en ningún lado? Un horror político, un horror. Mallorca ha de ser divertida, o se muere. Tenía que decirlo.