El alquiler de piscinas llega a Mallorca. Aunque todavía no está en pleno funcionamiento,las personas que deseen arrendar la suya para sacar unos ingresos extras pueden registrarse en la web de la empresa Cocopool. Esta empresa ya opera en Ibiza y Menorca, así como en numerosas zonas de España: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, etc. En todo el país, ofrecen unas 250 piscinas. «Para nosotros las Islas Baleares son un objetivo estratégico y es que la moda de alquilar piscinas entre particulares ha ido creciendo en las Islas desde la pandemia. Este 2024 vamos a hacer campaña en Mallorca y el resto de las islas, ya que es una oportunidad única para propietarios y bañistas», explica Gerard Xalabardé, CEO y cofundador.
Preguntado por el proceso para poner en alquiler una piscina, Xalabardé responde que «es muy sencillo: el propietario alquila su piscina por el precio que considere apropiado y cualquier particular puede hacer uso de ella a través de la plataforma. Cabe destacar que inscribirse es completamente gratuito». Además, el dueño también debe indicar las normas que se deben seguir en el citado espacio: si se pueden hacer fiestas, poner música, consumir alcohol, si pueden entrar niños, etc. «Tras pasar un filtro y contar con asesoramiento personalizado, el anuncio se publica en cuestión de 24 horas», informa el CEO. Cabe destacar que «no es necesaria una licencia de alquiler turístico, puesto que no supone la pernoctación».
Preguntado por los precios, responde que «los fija cada propietario basándose en las características de su espacio y piscina». De media, «oscilan entre los 29 y los 54 euros por persona y hora, dependiendo de los servicios añadidos solicitados: barbacoa, hamacas, toallas, menaje , decoración… El precio medio para un grupo de 10 personas es de unos 40 euros por hora», detalla.
¿Cómo alquilar una piscina?
Las personas que deseen alquilar una piscina de otra persona para poder disfrutar de ella sólo tienen que buscar el lugar, la fecha y poner el número de personas en la web de la empresa. A partir de ese momento, el anfitrión recibe la solicitud de reserva y puede aceptarla o rechazarla. «Una vez aceptado, el cliente realiza el pago y recibe por correo la ubicación exacta y el contacto de la persona que alquila su piscina para acordar todos los detalles», aclara Xalabarde.
A su modo de ver, se trata de «un proceso sencillo que genera ingresos y, sobre todo, favorece la economía circular y el bienestar de propietarios y bañistas». Desde la citada empresa aseguran que los usuarios están muy satisfechos y aportan el testimonio de un de los propietarios de las piscinas que se alquilan. «Cada vez que veía la piscina muerta de risa, porque no se utilizaba mucho, me daba pena y pensaba a cuantas familias les gustaría aprovecharla. Ahora tengo la piscina llena de vida literalmente todos los fines de semana. Conozco gente nueva, a la vez que es una fuente de ingresos», señala Jean Philippe, propietario de una de las piscinas alquiladas.
«El negocio del verano»
Gerard Xalabardé expone que el alquiler de piscinas está en auge y asegura que «se ha convertido en el negocio del verano. De hecho, el mercado de alquiler de piscinas privadas es hoy por hoy una opción que crece cada vez más en toda España y es una tendencia que cada vez está llamando más la atención de propietarios y bañistas». El perfil de los que alquilan piscinas, es el de personas de entre 30 y 50 años y, principalmente, familias.