Y vuelvo a casa, a la cena que dimos en honor de Kubrat y Carla de Bulgaria, príncipes de los de verdad, pero también dos personas maravillosas que han conseguido una vida plena creando una exitosa familia y desarrollando carreras de éxito al margen de sus títulos reales. El matrimonio estaba en Palma invitado por sus primos Dámaso Berenguer y Helena de la Peña, condes de Xauen, otra pareja maravillosa con la que siempre es un placer estar.
Dámaso es capitán de Navío de la Armada y actualmente comandante del Sector Naval de Baleares y comandante Naval de Palma, casi nada, pero sobre todo es un señor con el que charlar es una experiencia grata, algo que valoramos muchos. Helena es magnífica improvisando momentos y encuentros únicos como este del pasado domingo, que hizo que Kubrat acabara cocinándose un huevo frito con una pinta con la que soñamos todavía. Nadie se atrevió a pedirle uno más porque seguiría todavía hoy a los fogones de mi cocina. Sigo con hombres de mar.