Mi admirado Marcos Juncal, artista con una sensibilidad especial y una visión del lujo que muchos deberían imitar, expuso en Binissalem sus últimos trabajos.
Trabajos en los que hay cierto aire premonitorio queriendo mostrarnos un futuro no muy lejano, en el que las cosas que hoy tiramos serán los vestigios de algún universo futurista, o una obra en perfecta simbiosis entre arte bello y una metodología arqueológica titulada Una brecha en el presente.
Es mágico, y elegante, créanme. Sigo con una cita indispensable.