En el verano de 1993, una expedición mallorquina formada por seis montañeros viajó al Karakorum paquistaní, para tratar de llegar a la cima del Diran Peak, una montaña a 7.285 metros de altitud. La tragedia, sin embargo, evitó la hazaña de los jóvenes isleños. Francesc Xavier Socías Alorda, de 27 años, y José Carlos Mármol Fernández de Córdoba, de 29, se vieron sorprendidos por una tormenta de nieve y nunca más se supo de ellos. Esta es la crónica de una misteriosa doble desaparición que lleva más de 30 años sin esclarecerse por completo.
Francesc Xavier era biólogo y vicepresidente de la sección de montaña del Club Pollença, así como monitor de alta montaña y vicepresidente de la Federación Balear de esta modalidad. Tenía una amplia experiencia en los Pirineos, los Alpes y los Andes. Junto a Biel Ordines, otro de los expedicionarios, era el jefe de la expedición.
José Carlos, por su parte, era comerciante y monitor de alta montaña, así como miembro de la Federación Balear de Espeleología. Con Francesc Xavier, Bil, Manel Bover, Joan Miquel y Toni Pons organizaron una expedición al Diran Peak, en el mítico Karakorum, que partió de Palma el 15 de julio de 1993.
Todos ellos eran conscientes de lo arriesgado de la misión, porque se trata de un pico de más se siete mil metros, muy peligroso en algunos tramos. No obstante, se habían preparado a conciencia y todos ellos estaban en un estado físico formidable.
Cuando se encontraban en el tercer campamento, aconteció la tragedia. Unos montañeros ingleses que descendían del Diran Peak se cruzaron con Francesc Xavier y José Carlos y fueron las últimas personas en verlos. Luego, solo se sabe que irrumpió en aquel tramo una virulenta tormenta de nieve, que los alcanzó de lleno.
Desde entonces, nunca más se ha sabido de los dos mallorquines. Sus compañeros, tras conocer lo que había pasado, dieron la voz de alarma y las autoridades montaron un gran dispositivo de búsqueda, para dar con ellos. Inicialmente se pensó que podían haber quedado atrapados en algún punto de la montaña, pero a medida que pasaban los días y no se tenían noticias de ellos la esperanza se diluyó.
Al final, los supervivientes mallorquines regresaron a la Isla, desolados por la desgracia. Habían salido seis y volvían cuatro. La conmoción en Mallorca fue total y les rindieron numerosos homenajes. Después, fueron declarados oficialmente fallecidos. Sin embargo, hay un misterio que perdura en el tiempo: ¿Por qué sus cuerpos nunca han sido encontrados?