La Audiencia Provincial de Palma ha acogido este martes el juicio contra un turista alemán acusado de agredir a un agente de la Policía Nacional en Platja de Palma en agosto de 2019. El procesado, que ha explicado que se defendió de una agresión previa, está acusado de un delito de lesiones y atentado y la Fiscalía pide para él tres años de prisión. La acusación particular, ejercida por Guida Pons, califica los hechos de homicidio en grado de tentativa y eleva su petición hasta los diez años de privación de libertad.
El agente perjudicado relató al tribunal cómo vivió lo sucedido la madrugada del 3 de agosto. «Estaba esa noche patrullando de paisano y vimos al acusado en la playa, arrastrándose en la arena y cogiendo cosas. Fuimos a por él y nos identificamos como policías». Y ahí empezó el infierno para la víctima. «Se giró de forma súbita y me golpeó en la cara y caímos al suelo. Poco después, con una llave de artes marciales, me aproximó a la orilla y me metía la cabeza en el agua. No paraba de repetir 'fight, fight'. Mi cara quedó sumergida, pensaba que iba a morir», recordó el policía nacional, que tuvo que ser auxiliado por los compañeros.
El acusado, ayudado por un traductor, dio una versión muy distinta. El germano, que por aquel entonces tenía 19 años, explicó que no estaba robando nada en la arena. «Mi amiga perdió su móvil y yo le ayudé a buscarlo. De repente vinieron varias personas hacía a mí y al levantarme me empujaron. En ningún momento se identificaron como policías», subrayó. Sobre la agresión ha dicho que «sólo quería defenderme» y que no sabía que eran agentes de la autoridad. Del episodio del agua relató que «estábamos a treinta metros del mar» y que su intención no era ahogarlo. Asimismo ha apuntado que aquella noche bebió un litro de «vodka con limón».
Dos testigos de lo ocurrido, que nada tenían que ver con el procesado, explicaron a través de videoconferencia desde Alemania que vieron cómo los agentes se identificaron como policías cuando fueron a por su compatriota. Y ambas añadieron que no vieron a nadie intentando ahogar al agente. El germano acabó arrestado por los compañeros que fueron a auxiliar al perjudicado y enviado a prisión por el juez de guardia, donde estuvo algo más de un mes. El juicio quedó visto para sentencia.
El otro¿No habíamos quedado que los mallorquines no trabajan en hostelería? Los sirvientes serán otros entonces, digo...