El fugitivo mallorquín Cristian Lacoma, arrestado en Colombia casi cinco años en busca y captura, abrió el pasado mes de abril una empresa con sede en la localidad de Envigado dedicada a la venta al por menor de «productos farmacéuticos y medicinales». El nuevo negocio, ya que regentaba también un conocido gimnasio en Medellín, le fue embargado el 28 de junio por un proceso de separación de bienes por el divorcio con su expareja colombiana, según reporta el medio eltiempo.com. Se espera que Lacoma sea trasladado en las próximas horas a Bogotá y de ahí hasta Madrid para ser puesto a disposición judicial. El siguiente paso sería su aterrizaje en Palma.
Las autoridades colombianas explicaron a través de sus redes sociales que la detención se produjo después de que España emitiera una orden de detención internacional contra Lacoma. En los juzgados de la capital balear acumula tres causas pendientes: una por narcotráfico, favorecimiento de la inmigración irregular y lesiones. Por todos ellos se enfrenta a penas que superan los diez años de prisión.
En el año 2017, Cristian Lacoma ya fue detenido en Palma en el contexto de una macrooperación policial contra el tráfico de drogas y anabolizantes. No obstante, el juez le dejó en libertad con cargos. En una entrevista con Ultima Hora reconoció meses después que se había desvinculado de todo ese mundo y que iniciaba una nueva etapa vinculada al fitness y a la ayuda de jóvenes con problemas.
Pero en 2020 volvieron los problemas para el ahora detenido, al aparecer su nombre en un entramado que dedicaba presuntamente a regularizar documentación de inmigrantes y también a estafar a empresas dedicadas a la concesión de créditos rápidos. Lacoma figuraba como el cabecilla de la trama en el que también se vieron implicados abogados y funcionarios. Todos fueron exculpados por falta de pruebas, menos Lacoma que no fue enjuciado por encontrarse en «rebeldía procesal».