Atleta mens physique, entrenador personal internacional, preparador y atleta: Así es la carta de presentación en redes sociales de Cristian Lacoma, el mallorquín detenido por la Interpol en Medellín, Colombia, donde se había fugado de la justicia española después de que fuera arrestado en Mallorca como presunto cabecilla de una trama criminal que presuntamente facilitaba a ciudadanos extranjeros la obtención ilegal de permisos de residencia por arraigo laboral.
La vida de Cristian, de 37 años, siempre ha estado vinculada al mundo del culturismo y el fitness, y tenía varios negocios en Mallorca relacionados con el sector. En Colombia su día a día estaba enfocado al deporte y utilizaba sus redes sociales para mostrar sus avances. Actualmente, en Instagram, donde tiene más de 15.000 seguidores, se daba a conocer como atleta y preparador, y mostraba sus clases de preparación, su participación en competiciones, entrevistas,...
Hace ocho años, en 2017, fue arrestado en Calvià por formar parte de una organización criminal que distribuía estupefacientes, sustancias dopantes y anabolizantes sin control sanitario ni terapéutico. Reconoció los hechos y meses después, en una entrevista con Ultima Hora, confesaba que había sido consumidor de ellos: «No me siento orgullo, me siento avergonzado por ello».
Habían pasado ya meses de la detención y Lacoma aparecía en los medios para tratar desvincularse del escándalo, quería dejar el pasado atrás, anunciar un cambio de rumbo profesional y explicar que su vida, hasta entonces, no había sido fácil: «Una infancia complicada, sobrevivir solo en la calle, malas compañías,...». El ahora detenido aseguraba tras esa mala experiencia: «Ahora sé a dónde quiero llegar en un tiempo».
Así, iniciaba un nuevo camino enfocado, decía, a ayudar a los jóvenes para que no cometieran sus mismos errores, un Hermano Mayor a la mallorquina que, a través de un canal de Youtube, daba consejos con los que quería ayudar a todos esos chicos que «se sientan desorientados».
Pero pasaron tres años y Cristian Lacoma volvía a ser noticia, señalado en esta ocasión como cabecilla de una red criminal vinculada a la inmigración irregular que exigía pagos mínimos de 2.500 euros y utilizaba empresas de su propiedad, a través de las cuales expedía contratos laborales ficticios que respaldaban la documentación fraudulenta. Este caso salpicó a abogados y funcionarios de Mallorca que finalmente fueron exculpados por la Audiencia. Lacoma nunca llegó a sentarse en el banquillo de los acusados. Tras su detención y puesta en libertad con cargos, se fugó de Mallorca y se instaló en Colombia.
Una orden de detención internacional ha permitido dar con él en Medellín, y próximamente será extraditado a España, donde se le mantiene la acusación. La fiscalía creía que Lacoma ofrecía a las víctimas regular su situación a cambio de dinero, las cantidades le llegaba a él directamente aunque los extranjeros no trabajan para él.