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La jueza envía a prisión al joven acusado del crimen de su novio en Marratxí

El sospechoso, tal y como hizo ante los investigadores, se ha negado a declarar ante la magistrada

Imagen del detenido por el crimen de Marratxí a su llegada este miércoles a los Juzgados de Vía Alemania en Palma. | Teresa Ayuga

| Palma |

La jueza de Instrucción número 2 de Palma, en funciones de guardia, ha decretado el ingreso en prisión sin fianza para Sebastián O., el joven venezolano de 20 años, acusado de la muerte violenta de su pareja en Marratxí. El acusado, tal y como hiciese ante los investigadores, se ha negado a declarar ante la magistrada. Se le imputa un homicidio doloso.

El presunto asesino ha llegado a los juzgados de Vía Alemania alrededor de las 10.15 horas acompañado de la Guardia Civil ocultando su rostro ante las cámaras que le esperaban.

Los investigadores han hecho entrega a la jueza y al representante de la Fiscalía el atestado, que incluyen las evidencias recabadas y que señalan al arrestado como sospecho de la muerte de Federico Biayna, su pareja sentimental.

Tal y como adelantó en primicia Ultima Hora, este episodio violento se produjo en torno a las 20.30 horas del pasado viernes, aunque no fue hasta pasadas las 10.30 horas del sábado cuando el cadáver fue hallado por una pareja que iba paseando con su perro en el torrente de Coanegra.

La pareja del difunto, de la misma edad, vivía en casa de sus padres en el Pont d'Inca, mientras que él tenía la residencia en Palma, por lo que se conocía muy bien la zona donde habría acabado con la vida de Federico tras sufrir «arrebato» durante una discusión de pareja, con la que llevaba saliendo hace apenas unos meses tras conocerse a través de una app de citas.

Sebastián, el presunto autor del crimen era muy conocido por ser una persona muy manipuladora, agresiva y violenta. «Lo tenía totalmente controlado y trataba de separarlo en todo momento de nosotros», aseguran los familiares de la víctima.

Federico, el asesinado, padecía de una discapacidad del 50% y sufrió abusos por parte de sus tíos durante la infancia. Posteriormente, él se convirtió también en un agresor sexual tras ingresar en el Pinaret, donde según explicaron sus familiares «abusó de menores cuando tenía 17 años, porque pensaba que estaba bien hecho». No obstante, también pasó por la prisión de Palma, donde salió a los 28 años. Durante ese periodo de tiempo, Federico recibió terapia psicológica.

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