"Querer es poder".
Uno de los hombres que se iba a encargar de recoger los 1.700 kilos de hachís que transportaba la primera narcolancha interceptada en Mallorca tenía en el salón de su casa, en Barcelona, una libreta pequeña con la frase "Querer es poder", anotaciones de nombres y distintas cantidades numéricas. También había un libro informativo con datos sobre plantas de marihuana titulado The sweetest experience [La experiencia más dulce].
Los tres tripulantes de la primera narcolancha interceptada en Mallorca y los dos hombres que los esperaban en Cala Sa Nau, en Felanitx, han rechazado este jueves un acuerdo con la Fiscalía. El Ministerio Público reclama seis años de prisión para cada uno de los cinco acusados y sendas multas de 23 millones de euros. Los tres hombres que iban a bordo de la embarcación, marroquíes de entre 30 y 34 años, se encuentran en prisión preventiva desde que fueron detenidos por la Guardia Civil. Los otros dos acusados, de 47 y 54 años y nacionalidad argentina, están en libertad.
Los hechos por los que serán juzgados se remontan a abril de 2023. Los acusados organizaron la introducción en Mallorca de fardos de hachís para distribuir la droga por diferentes puntos de venta de la Isla. Según el relato de la Fiscalía, los tres acusados de origen marroquí adquirirían la sustancia estupefaciente y la transportarían desde el norte de África en una narcolancha hasta la costa del sur de Mallorca.
Los dos argentinos se encargarían de las cuestiones logísticas para asegurar la recogida de los fardos de hachís una vez que los hubieran desembarcado y transportarlos a un lugar seguro controlado por los cinco acusados. Los dos hombres que esperaban a la embarcación semirrígida en tierra procurarían los víveres y el combustible necesarios para garantizar el retorno a su lugar de origen de los tripulantes de la narcolancha.
El 21 de abril, sobre las 4.00 horas, los tres marroquíes navegaron en una embarcación semirrígida de 10 metros de eslora desde el norte de África hasta Cala Sa Nau y desembarcaron en la orilla 31 fardos de hachís. Los dos hombres que los esperaban en la playa aparcaron dos todoterrenos sobre cuatro tableros de madera para recoger la sustancia estupefaciente y transportarla. Los vehículos tenían cinta aislante en los faros traseros y en las matrículas delantera y trasera para impedir su identificación y ser descubiertos.
Los agentes de la Guardia Civil que sorprendieron a los narcotraficantes encontraron en el interior de los coches, que habían sido alquilados por los dos sospechosos, parte de los fardos que habían desembarcados. Los dos hombres habían depositado en la playa 68 garrafas de entre 20 y 30 litros de gasolina, así como un conjunto de víveres, para facilitar el retorno a los tripulantes de la narcolancha.
Los tripulantes de la narcolancha fueron sorprendidos por los investigadores de la Guardia Civil en el interior de la embarcación semirrígida desembarcando los fardos de hachís y emprendieron la huida navegando mar adentro y deshaciéndose de parte de la droga, lo que provocó que fuera activado el Servicio Marítimo Provincial de Balears, junto con el Servicio Aéreo.
Los agentes iniciaron una persecución por el mar a gran velocidad hasta que desembarcaron en la playa de Cala Gran, en Cala d'Or. Los tripulantes bajaron de la narcolancha y huyeron corriendo a través de la playa hasta que fueron detenidos por la Guardia Civil. En el interior de la embarcación semirrígida los agentes encontraron varios teléfonos, diversos GPS y un maletín negro que contenía un aparato para detectar dispositivos como móviles, rastreadores, GPS y cámaras.
El 28 de abril, los investigadores realizaron un registro domiciliario en la casa de uno de los acusados, situada en Manlleu (Barcelona), y en una de las habitaciones encontraron 400 euros en efectivo y un folleto informativo de Menorca. En otra de las habitaciones localizaron una bolsa de basura con siete kilos de marihuana.