«La idea de la USEI es la del patrullero de toda la vida». Así define a la Unidad de Seguridad Integral de la Policía Local de Palma Antoni Ramis, subinspector de este grupo que aunque para algunos sean simples agentes de policía, muchas veces ejercen de psicólogos. Ramis, explica que se trata de una unidad de respuesta de seguridad ciudadana, formado por unos 60 policías, pero que también tiene funciones proactivas. «Formamos parte de la división de la comisaría de Seguridad Ciudadana.
Tenemos funciones de apoyo en la salida y entrada de colegios o de auxilio, además de colaborar con otras unidades. Cada uno de los turnos atiende una media de una treintena de avisos», añade. Pasadas las ocho y media de la mañana, un equipo de este diario se une a de las patrullas de la USEI. La primera llamada que se recibe es para dar apoyo a los agentes que se encontraban regulando el tráfico en las zonas escolares, que desde esta semana han vuelto a su actividad con la vuelta al cole. Pocos minutos después, a las nueve, la base del 092 solicita personación en una zona de pisos okupados en el Polígono del Levante, dónde un funcionario de Emaya solicita presencia policial para notificar a varios vecinos el corte del suministro de agua.
El trabajador entregó los avisos con la ayuda de los agentes, para evitar posibles altercados. Justo al finalizar esta actuación, nada más subir al coche patrulla entra un aviso en código amarillo: unos vecinos de La Soledad habían visto como un hombre pinchaba con un cuchillo las ruedas de un coche aparcado en la calle y había huido. De camino, se activó el código rojo, por lo que se encendieron las sirenas. Al parecer su exnovio le había quitado el móvil y destrozado el coche, rajándole las cuatro ruedas, rompiendo los retrovisores y rayando el capó.
El subinspector, saca su lado más humano y tras tranquilizar a la afectada, la invita a denunciar los hechos. Después de varias gestiones, los agentes comprobaron que el sospechoso era un reincidente, por lo que su posterior localización fue fácil. Finalmente, se activó el protocolo por violencia de género para proteger a la víctima. Tras una vuelta por la plaza España, donde se mantiene un operativo 24 horas para fomentar el civismo y evitar actos vandálicos, una patrulla pone rumbo al Parc de la Mar.
«La problemática de este punto tan turístico es la presencia de carteristas y vendedores ambulantes. Estamos aquí para evitar estas cosas que dañan la imagen de nuestra ciudad», aseguró Ramis. Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando una anciana, se acercó a los agentes en la barriada de Son Gotleu para agradecerles el trabajo que realizan a diario. Con 32 servicios atendidos, los integrantes de la USEI, cierran su jornada.