Kayla, una perrita de dos años fue envenenada de forma intencionada por unos vecinos de su edificio el pasado 16 de agosto. Su adiestrador, ‘Rudy’, cazó ‘in fraganti’ a los autores, quienes ya han sido denunciados ante la Policía Nacional. «Kayla es una perra que fue maltratada, al igual que su dueña».
Estuvo varios meses encerrada en una habitación comiéndose sus propias heces por miedo a las palizas que recibía. El envenenamiento fue captado por una cámara que instaló el educador de la perra en su patio, donde tiene más canes con los que trabaja.
«Los vi a través de la cámara y subí al patio. cuando llegué arriba ellos bajaron y esperaron a que yo también bajara a mi casa para volver a subir. Más tarde los volví a ver y subí otra vez. Allí me dijeron que habían subido a poner aceite a la cerradura de su puerta, una excusa que no entendí ya que no tienen ni cerradura».
Horas más tarde, el adiestrador volvió a ver a Kayla, que se encontraba rodeada de heces en forma de diarrea, por lo que la llevó a una clínica veterinaria donde le confirmaron que había sido envenenada. Finalmente, denunció los hechos ante la Policía Nacional de Playa de Palma.