«Físicamente estoy mal, pero anímicamente es mucho peor. Voy a pedir ayuda psicológica porque ahora mismo no estoy en condiciones de coger un autobús de 18 metros con 98 personas a bordo con garantías. Están siendo días muy duros. Estamos vendidos y tengo muy claro que si este pasajero hubiera llevado un cuchillo o un destornillador ahora mismo estaría muerto y, con casi total seguridad, mi agresor en la calle a los dos días». Estas son las primeras impresiones de Francisco Salido, el conductor de 61 años de edad que resultó brutalmente agredido por un pasajero en la parada de Cala Millor, en Son Servera.
El pasado sábado, un pasajero fue detenido por agentes de la Policía Local de Son Servera tras propinar una salvaje agresión contra un conductor de la TIB (Transports de les Illes Balears). El conductor estaba en la calle Sol Naixent realizando su descanso en la cabecera de la línea. En ese momento, llegó otro autobús que también finalizaba el recorrido. La víctima se acercó a ese vehículo para ayudar a su compañero y agilizar la bajada de pasajeros. Al acercarse a uno de los ocupantes de las últimas filas que estaba completamente dormido, éste se despertó con actitud extremadamente violenta y sin mediar palabra alguna comenzó a propinar golpes al profesional de la conducción. Francisco tan sólo pudo cubrirse con los brazos mientras recibía un aluvión de patadas y puñetazos. Acto seguido, su compañero acudió en su ayuda y entre ambos consiguieron que el agresor abandonara el vehículo.
Una vez fuera, el ahora detenido, no cesaba de invitar a la víctima a que bajara para rematar la paliza que le había propinado. «Pienso que debía estar bajo los efectos del alcohol o drogas. No es normal el comportamiento y la violencia con la que me agredió. Recuerdo que se colgaba en las barras del autobús y no paraba de lanzar patadas, quería matarme. Se le notaba en los ojos que quería hacerme daño», añade Francisco, visiblemente afectado.
La Policía Local llegó en cuestión de minutos y se procedió a la detención del agresor por un delito de lesiones graves. La víctima tuvo que acudir a urgencias para la evaluación y curas de las heridas. Presentaba una ceja partida y contusiones varias por todo el cuerpo. Por su parte, desde el sindicato SATI «queremos manifestar nuestra más contundente condena ante estos hechos y exigimos a la Conselleria de Transports que reaccione y tome medidas. Las agresiones contra el personal conductor de la TIB es un goteo incesante y no se puede seguir sin hacer nada», concluyen. Por su parte, el conseller contactó ayer con el conductor para interesarse por su salud.