Instituciones Penitenciarias ha suspendido de empleo y sueldo durante 45 días a un jefe de servicio de la cárcel de Palma por un caso de corrupción en el interior de la penitenciaría. Según ha podido saber Ultima Hora, el funcionario entregaba artículos de lujo a una interna rumana condenada por estafas.
El asunto venía investigándose desde hace un tiempo, después de que la dirección del centro, ubicado en la carretera de Sóller, detectara que una presa estaba recibiendo un trato de favor por parte de uno de los jefes de la prisión. Inspección Penitenciaria y el anterior director abrieron una investigación y se tomó declaración a distintas personas, hasta concluir que la interna había conseguido artículos de lujo prohibidos en el penal a cambio, supuestamente, de pagar determinadas cantidades de dinero.
La mujer había sido condenada por estafar 400.000 euros a un rico alemán afincado en la Isla, así como a otras víctimas a las que aseguraba que se estaba divorciando y pasaba por un momento complicado. La rumana hacía creer que procedía de una familia de millonarios y se ganaba la confianza de aquellas personas a las que iba a engañar.
No es la primera vez que el actual jefe de servicio se encuentra en el punto de mira de las autoridades. Hace años, al inicio del ‘caso Cursach', fue denunciado por ‘El Ico', el hijo de ‘La Paca', porque supuestamente le obligó a firmar una carta cuando el narcotraficante estaba en prisión. Aquella misiva exculpaba a algunos señalados en la investigación.
El funcionario penitenciario y un policía local de Palma se sentaron en el banquillo en una sala de Penal 1 en 2018 y negaron todas las acusaciones. Finalmente, ambos fueron absueltos. El jefe de Servicios también estuvo preso por un delito contra la salud pública y otro de obstrucción a la justicia. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado también lo investigaron por su presunta relación con la entrada de teléfonos móviles y ciertas sustancias a presos de la cárcel.
Los efectos de lujo que entraban en la penitenciaría palmesana lo hacían ocultos en bolsas de plástico, que no pasaban controles. Los antecedentes de corrupción en el centro se remontan al año 2008, cuando cuatro funcionarios fueron suspendidos de empleo y sueldo. Dos salieron absueltos y dos cumplieron condena de prisión. El cabecilla principal continúa trabajando ahora en una prisión de Asturias.
La suspensión de empleo y sueldo del jefe de servicio de la cárcel de Palma no ha sido el único castigo a funcionarios de la plantilla. Otro trabajador ha sido suspendido dos meses por un incidente «externo», relacionado con un caso de extorsión y coacciones en Madrid, cuyo trasfondo sería el consumo de sustancias estupefacientes.