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La fortificación de Son Banya responde a una lucha de clanes «para marcar el territorio»

Las barricadas en el poblado son un intento de 'ganarse el respeto' de un emergente líder de los narcos

Imagen de estos días del interior del poblado, con banderas españolas de apoyo a las selección de fútbol.

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¿Qué se esconde detrás de la fortificación de Son Banya? Al margen de las ventajas meramente operativas, de dificultar el acceso de la Policía y la Guardia Civil en caso de redada, las barricadas en el poblado responden a una lucha entre clanes para marcar el territorio. Un emergente líder de una de las familias trataría de ganarse el respeto de los otros grupos con una obra de ingeniería nunca vista en el supermercado de la droga. Y que puede ser tan espectacular como efímera.

«Esto, hace unos años, en la época de 'La Paca', era impensable. Los traficantes lo último que quieren es llamar la atención y con un movimiento de tierras y parapetos consiguen todo lo contrario. En el fondo, esto evidencia que falta una mano de hierro que dirija el poblado y que los distintos clanes no se ponen de acuerdo entre ellos y unos quieren imponerse a otros», ha relatado a este periódico una veterana fuente de la Policía Nacional

La muestra de fuerza de los autores de la obra es, también, un pulso de las autoridades. «Ese es su segundo gran error. Históricamente, siempre que los narcos han ido frontalmente contra la policía se han encontrado con puntos estáticos de vigilancia, que es lo último que quieren, o con bloqueos, que desangran sus economías», ha añadido.

Además, unas fortificaciones como las que lucen ahora en el gueto, formadas por esqueletos de vehículos quemados, toneladas de basura y parapetos de madera, no tendrían demasiada efectividad ante una embestida policial decidida: "Lo que han construido durante meses se puede derribar en una hora", ha resumido otro experto policial, en este caso de la Guardia Civil.

"Antes, los narcotraficantes colocaban a niños y mujeres gitanos en primera línea, para dificultar nuestro avance. Era una táctica perversa, pero efectiva porque no podíamos emplearnos con la contundencia deseada y ellos tenían tiempo de deshacerse de la droga. Ahora, con el fortín, han cambiado de estrategia. Y se están complicando mucho la vida", ha concluido la primera fuente policial.

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