Las abstenciones de tres magistrados del TSJIB dejan en el aire la resolución del recurso por la absolución de Pau Rigo por el crimen de Porreres. La absolución del jubilado que mató de un disparo a uno de los asaltantes de su casa está pendiente de sentencia en el Tribunal Superior tras un recurso de la Fiscalía. El TSJIB había señalado una vista para analizar el caso este jueves que ha sido suspendida. El caso que ha protagonizado un mayor número de giros procesales, pega otro más.
La magistrada Felisa Vidal ha sido la primera en abrir las abstenciones. En un escrito justifica la existencia de una causa porque ya ha resuelto las mismas cuestiones que se ponen ahora encima de la mesa por parte del Ministerio Público. El jurado de Porreres, tras el accidentado veredicto acabó primero en un auto en el que la magistrada que lo presidió acordaba una nulidad de la decisión del tribunal ciudadano y ordenaba repetir el juicio. Esa decisión fue revocada por el TSJIB que obligó a dictar una sentencia que resultó ser la absolución que ahora se tiene que revisar. Vidal considera que algunas de las cuestiones, que tienen que ver con la nulidad del veredicto del jurado ya fueron resueltas entonces y que ella participó en ese auto, por lo que no puede volver a intervenir en el asunto.
Al escrito de Vidal le ha seguido otro firmado por otros dos magistrados que suscribieron esa resolución: Diego Gómez-Reino, que iba a ser el ponente del recurso y Antoni Terrasa. Ambos solicitan, en primer lugar no participar en el debate sobre la abstención de su compañera porque iban a formar sala con ella. Añaden otro paso más: si la tesis de la magistrada prospera, ellos también deberían quedar apartados de la resolución del recurso contra la absolución de Rigo. Ahora, antes de analizar el fondo, el tribunal tiene primero que despejar qué magistrados pueden o no participar en él. El recurso ante el TSJIB, en cualquier caso es un escalón más. La falta de precedentes sobre una posible nulidad de un jurado por una mayoría insuficiente para la condena y defectos en el veredicto hace casi seguro que acabe ante el Supremo.
El suceso ocurrió en febrero de 2018. Cuatro personas se habían puesto de acuerdo para asaltar la vivienda del jubilado al sospechar que guardaba dinero. Era el segundo robo que ejecutaban en el mismo domicilio en dos semanas. Aparcaron en un camino junto a la casa y los dos hermanos Escobar atacaron al hombre y a su mujer. Les obligaron a darles 15.000 euros y más tarde les presionaron para exigir más fondos. En ese momento fue cuando, Rigo cogió una escopeta que tenía en su vivienda y disparó contra Mauricio Escobar, de 25 años, al que mató.