Un militante de la CUP ha sido detenido por agentes de la Guardia Civil como autor de un delito de daños. El arrestado, está acusado de realizar pintadas en la fachada del Ajuntament de Felanitx (edificio protegido), un instituto, varios edificios municipales y una vivienda particular. Nada más producirse los hechos, todos los afectados interpusieron las correspondientes denuncias ante la Benemérita. De hecho, el propio ayuntamiento también aportó a los investigadores las cámaras de seguridad de los edificios donde se recogían los actos vandálicos.
El pasado sábado, el ahora detenido recibió una citación en su domicilio para que se presentara este lunes en dependencias policiales. Una vez allí, se le comunicó su arresto y se le tomó declaración por los hechos cometidos. Acto seguido, se le puso en libertad con cargos. Se trata de un procedimiento totalmente normal que se realiza con todos aquellos que cometen delitos de daño contra el patrimonio.
Desde algunos sectores independentistas trataron, sin éxito, de llevar el tema al ámbito político, pero en ningún momento se detuvo a esta persona por el contenido de las pintadas. La privación de libertad vino ocasionada por un delito de daños dado que había varias denuncias y uno de los edificios dañados está protegido. El sábado día 11 de noviembre, aparecieron varias pintadas en varias zonas distintas de Felanitx, donde gobierna el PP. La más llamativa «Puta Espanya» en la fachada de la Casa Consistorial. Otra de las pintadas, no muy lejos, en un inmueble propiedad de extranjeros y en proceso de rehabilitación: «Felanitx per a qui l'habita», y la última, en la entrada principal del Parc Municipal.
La Policía Local inició una investigación para identificar a los autores de estas pintadas, que fueron condenadas por muchos de los vecinos a través de las redes sociales. Gracias a las cámaras de seguridad de la zona, la Policía Local, averiguó que las pintadas se hicieron en torno a las 0.50 horas y que en ellas participaron tres hombres de mediana edad, que dejaron el coche estacionado en la plaça de sa Font de Santa Margalida y a pie se dirigieron a la Casa Consistorial. Por el camino, en la calle Pare Catany, pintaron la fachada particular. En la Sala, mientras dos vigilaban (uno en cada esquina) el otro escribía las letras. Posteriormente se desplazaron al Parc Municipal para continuar con sus fechorías. Por ello, es cuestión de horas su identificación.