El policía local de Palma Nicanor Góngora ha interpuesto una denuncia en el juzgado de guardia de Vía Alemania en la que recoge que un joven, de unos 20 años, que estaba comiendo junto al exmagistrado Manuel Penalva y una señora mayor en un restaurante de Palma, se levantó y con el restaurante lleno de gente gritó: «Mira el 'poli' corrupcto».
Todo ello, según el escrito acusatorio al que ha tenido acceso Última Hora, sucedió el 30 de noviembre, a las 14:10 horas, en el restaurante Rodeo Grill, sito en la Plaça del Comtat del Rosselló, en el Mercat del Olivar de Palma. En un momento dado, Nicanor tuvo que levantarse de la mesa para atender una llamada telefónica. En ese instante se percató de que a escasos metros de su posición había tres comensales que se disponían a abandonar el restaurante. El policía no tardó en darse cuenta de que se trataba del exjuez condenado Manuel Penalva, una señora de avanzada edad y un joven, de unos 20 años.
El exjuez, según la denuncia, miró de forma provocativa al agente, pero éste retiró la mirada para evitar conflicto. De forma inmediata, Penalva comentó algo al chico que le acompañaba riendo y éste, gritando y con el restaurante lleno de comensales, gritó: «Mira el poli corrupto». Posteriormente, todos ellos abandonaron el local, aunque el joven se pegó desde el exterior a la ventana mirando fijamente a su mujer durante unos minutos abandonando el lugar con posterioridad.
El TSJIB condenó a nueve años de cárcel al juez Manuel Penalva y al exfiscal Miguel Ángel Subirán. La sentencia también impone penas de tres años y diez meses para el subinspector Miguel Ángel Blanco; la inspectora Blanca Ruiz recibe una condena de un año y dos meses y al agente Iván Bandera dos y cuatro meses. Absuelve al inspector jefe del Grupo, José Luis García Reguera, el único que no estaba en los grupos de wasap.
El tribunal considera demostrado que el juez y el fiscal cometieron tres delitos de obstrucción a la Justicia al presionar a dos funcionarios municipales y al empresario Antoni Roig, con el agravante de prevalerse de su autoridad. También les impone penas de inhabilitación por omisión del deber de perseguir revelaciones de secretos. Les condena también por coacciones contra Álvaro Gijón, entonces diputado del Partido Popular. Enmarca en ese tipo penal la detención de sus padres y su hermano al entender que fueron un instrumento para presionar y apreciar déficits en las acusaciones.
La sentencia descarta, no obstante, los delitos más graves por los que se acusaba a juez y fiscal: las detenciones ilegales en el 'caso ORA'. Entiende que existían en ese momento indicios para practicarlas. También absuelve por revelación de secretos al dejar fuera para esos efectos los wasap. Respecto a los tres policías nacionales condenados, todos ellos lo son por episodios de coacciones a detenidos y testigos. En torno a ese delito, la Sala considera que se produjo en la declaración ante Penalva como juez de dos de los funcionarios que fueron amenazados por el magistrado y el fiscal en ese acto. En torno a Roig, extiende esos hechos al momento de su detención y a su posterior estancia en prisión preventiva. Descarta que se produjera delito en otros episodios similares, como el que afectó al 'número dos' de Cursach, Bartolomé Sbert.