-¡Por fin!- gritó este martes en el juicio Fredy Escobar, uno de los atracadores de Pau Rigo, tras saber que el fiscal le exculpaba de otro robo violento a un hombre en una casa de es Rafal.
La jueza de lo Penal número 7 le informó que iba a quedar en libertad y Fredy, hermano gemelo de Mauricio, el joven que falleció tras recibir un disparo de escopeta del anciano de Porreres, lo celebró.
El representante de Ministerio Público mantuvo su petición de cinco años de cárcel para el otro acusado, que era la pareja de la hija de la víctima, a la que robaron alrededor de 17.000 euros en el asalto ocurrido sobre las 20.00 horas del 11 de diciembre de 2022.
La Fiscalía recoge en su escrito que el hombre acudió junto a otras dos personas y llamaron al timbre de la vivienda del Rafal. La pareja del propietario del domicilio abrió la puerta y uno de ellos la agarró con fuerza mientras portaba un punzón. Después la llevó hasta el cuarto de baño.
Instantes después, el acusado y otro delincuente, que iban con pasamontañas, se dirigieron a una de las habitaciones, donde se encontraba la víctima, un hombre parapléjico, postrado en la cama tras sufrir un accidente tiempo atrás. El ladrón se acercó al perjudicado, le dio dos puñetazos y le preguntó por el dinero.
El agresor le golpeó con el mango del cuchillo en la cabeza y después se lo puso en el cuello, La víctima, atemorizada, le dijo dónde estaba el dinero y el sospechoso se apoderó de cerca de 17.000 euros. A continuación, los tres encapuchados se marcharon de la casa.
La hija del perjudicado y exnovia del enjuiciado explicó ayer en el juicio que no tiene una buena relación con su padre. «Yo no sabía dónde guardaba el dinero en casa», aseguró la mujer. «Mi padre farda mucho de lo que tiene y lo enseña delante de todos. Sea quien sea».
El propietario de la vivienda que sufrió el atraco explicó en la primera sesión de juicio que reconoció la voz del acusado porque estuvo viviendo en su domicilio con su hija. «Leí en una noticia que mi padre lo dijo, pero es mentira, no ha vivido en mi casa. Mi padre toma medicación y aparte consume cocaína de forma exagerada».
El hijo del hombre, que acudió ayer como testigo, contó que el día del atraco recibió una llamada de su padre que le decía que había escuchado la voz de su excuñado. El joven se dirigió a una casa de la calle Manacor donde pensaba que se podrían encontrar los sospechosos e informó a la policía que los había visto allí. Ayer se desdijo. «No estoy al cien por cien seguro de que eran ellos tres. El día anterior me emborraché y tenía resaca, no puedo poner la mano en el fuego. No quiero que esto siga adelante...».
-¿Mintió a la policía?- preguntó el fiscal.
-Supongo que sí.
El letrado de su excuñado le hizo una serie de preguntas y el joven le interrumpió: «No quiero contestar a este señor». La jueza le advirtió que tenía la obligación de hacerlo como testigo y que había jurado que iba a decir la verdad. El fiscal pidió al final del juicio que se deduzca testimonio contra el testigo por mentir.