Avanza la investigación del mayor golpe a la red de entrada de droga a la Isla de los últimos 50 años. El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, en el marco de la 'operación Fade', han procedido a la detención de 62 personas y efectuado 70 registros, 40 en Mallorca y los 30 restantes en Tarragona y Barcelona. Hasta el momento y, a falta de finalizar varios flecos pendientes, la droga incautada supera los 50 kilos. Se trata de un material de altísima calidad y pureza que en el mercado negro podría superar los 200 kilos.
Entre los arrestados, además de los conocidos narcotraficantes como son 'El Ove', ‘La Pipi' o ‘El Armindo', el argentino, hay que sumarle a Jorge Itanares, otro histórico que permanecía fugado y que estaba siendo buscado por su supuesta vinculación en un delito de agresión sexual. El nombre de la operación 'Fade' proviene del corte de pelo que llevaban los dominicanos que inicialmente fueron detenidos y que dio inicio a la investigación, hace casi dos años. Fuentes policiales consultadas por Última Hora sostienen que se trata de la organización criminal que más droga entraba en la Isla y que para ello utilizaba una red de camiones y transportistas. Entre los 62 detenidos se encuentran integrantes del clan de 'Los Bizcos' y de 'El Seco'.
Uno de los principales detenidos es Gabriel Amaya, ‘El Ove', un narcotraficante que hace algo más de una década estaba en ascenso y que acabó estrellado. Heredero del clan de ‘los Bizcos', apenas tenía quince días de alta como trabajador en la Seguridad Social pero tenía un BMW, un Audi, una furgoneta Mercedes y un Chrysler. Se había comprado una finca en Son Prunes y una casa en La Soledat en cuya reforma había invertido cien mil euros. A partir de entonces pintaron bastos: tres condenas casi simultáneas por tráfico de drogas que sumaron quince años de cárcel. En un permiso penitenciario, ‘El Ove' se fugó en 2016 y estuvo más de cinco años desaparecido hasta que en 2021 fue detenido por la Policía Nacional después de volver a Son Banya. Al parecer, ‘El Ove' (apodo que le viene de ovejero) escapó a un país de Sudamérica, con cierta cantidad de dinero, y pudo llevar una vida holgada con su familia, que huyó con él. Todo indica que aprovechó los contactos que tenía con narcos latinos para que le dieran cobertura durante su estancia fuera de España.
Para los investigadores el hallazgo de tanta cantidad de droga en los puntos de venta y en las 'guarderías' fue toda una sorpresa. Tenían claro que los delincuentes disponían de información interna de los registros y por ese motivo la operación se aplazó varias veces. El objetivo era claro, 'cazar' a los topos y poner nerviosos a los cabecillas. La jugada les salió perfecta. Los clanes se confiaron y los cogieron a todos con el carrito de los helados. Los agentes responsables del caso descubrieron la ruta de entrada de la droga en la Isla y decidieron tirar el hilo. Los narcos utilizaban una red de camiones que embarcaban en los barcos de línea y, una vez en la Isla, realizaban el reparto de la sustancia prohibida en almacenes o ‘guarderías' de droga para no levantar sospechas.