Su nombre ha dado la vuelta a España para protagonizar una de las noticias del año. Una de las más tristes por el desenlace de la historia que ha tenido en vilo a toda Córdoba durante un interminable fin de semana de puente del Pilar. El hallazgo del cuerpo sin vida del joven Álvaro Prieto, atrapado entre dos vagones en la estación sevillana de Santa Justa, donde se le perdió la pista antes de intentar subir a un tren en dirección a su ciudad natal, ha puesto fin a algunos de los interrogantes sobre su paradero, aunque queda mucho por descubrir e investigar.
Álvaro Prieto López era un joven de 18 años, deportista y activo. Jugaba en el juvenil del Córdoba CF, el club de referencia de una ciudad en la que había nacido y crecido. Había empezado a cursar estudios de Ingeniería Mecánica en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Córdoba, que al conocer su pérdida ha declarado tres jornadas de duelo.
Antes, había sido alumno del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, un centro académico del centro de la ciudad andaluza, formando además parte de la Hermandad de la Sentencia de Córdoba, a la que su familia está muy vinculada. Esa relación y la vinculación de Álvaro y sus más allegados a la vida social cordobesa han hecho que la noticia cause un mayor impacto entre sus amigos y vecinos.