«Eran las once y media de la noche de ayer. Mi mujer estaba rezando, yo cenando y los niños, jugando en el sofá. Mi mujer se mareó, mis hijos casi se caen al suelo. No sabía qué había pasado, pero salí a la calle y los vecinos empezaron a gritar», cuenta Abdelhak Mezzoune, un residente de Mallorca que se fue a la ciudad de Meknés, al norte de Marruecos, para visitar a su familia por vacaciones. En esta parte del país también se ha sentido el terremoto en Marruecos de magnitud 7 que ha dejado al menos mil víctimas y miles de personas heridas desde la noche del viernes al sábado.
La noche del viernes la recuerda como inesperada y con miedo. Sin embargo, este ciudadano tiene familia en Marrakech, donde el terremoto ha pasado con intensidad y ha dejado, en estos momentos, 18 fallecidos. Enseguida, se puso en contacto con ellos para averiguar su situación. «El marido de mi sobrina me contó que el edificio pegado a su casa se derrumbó por completo. Por suerte, no vivía nadie en la finca. Era un edificio abandonado. Por los pelos, toda mi familia, y amigo que conozco, están bien y no hay heridos. Pero me comentan que tienen miedo de estar en sus casas. La población está ahora mismo en las calles», informa este residente.
La boda en Tetuán
Una enfermera del Hospital Juaneda Miramar este sábado se casa en Tetuán, pero parece que la ceremonia va a continuar porque en esta zona del norte del Magreb apenas han escuchado el terremoto: «Somos 4 mallorquines que hemos venido a la boda y todos estamos bien», ha confirmado la también sanitaria Maria Zulay, una de las invitadas. En el caso de este grupo mallorquín, un balear regresará mañana a Palma desde el aeropuerto de y el resto lo hará el próximo lunes.