La Guardia Civil ha devuelto al museo de Lluc este martes por la mañana las joyas y monedas robadas por el jefe de mantenimiento del santuario. El coronel jefe de Baleares, Alejandro Hernandez, ha entregado una medalla de la Virgen del Pilar, patrona de la Benemérita, al prior Marià Gastalver: «Para que quede algo aquí de recuerdo de la Guardia Civil, aunque imagino que ya tendrán un buen recuerdo por el gran servicio que ha hecho el equipo de la Policía Judicial de Inca», ha dicho el coronel.
El prior ha respondido que la gente que acude al santuario, por un motivo u otro, ya empieza a formar parte de la familia. «Y vosotros más que más», ha dicho Gastalver antes de besar la medalla de la virgen del Pilar. Los agentes también han entregado un colorido cuadro de dos gatos siameses, de la artista Angela von Neumann, que el ladrón regaló a un amigo tras sustraerlo del despacho de la antigua directora de museo, Elvira González. La anterior responsable del centro y Luis Forteza, de joyas Forteza, colaboraron en todo momento con los investigadores de la Policía Judicial de Inca identificando las piezas sustraídas y realizando las correspondientes valoraciones.
Minutos antes, el prior de Lluc ha acompañado al coronel y al capitán Luque Aranda, de la compañía de Inca, junto con los responsables de la investigación del robo de las joyas y el dinero del santuario, por el museo y, a continuación, se han dirigido al archivo. Los robos de los cordoncillos, entre otras piezas, se produjeron en la sala Tesoro de la Virgen. El prior de Lluc ha explicado a Hernández Mosquera que un visitante del museo fue quien avisó al recepcionista de que las piezas no se correspondían con las originales. El empleado del museo, que lo gestiona una empresa externa, informó al coordinador del santuario, Toni Moreno, y este a Marià Gastalver. El valor aproximado de todas las piezas sustraídas por trabajador asciende a más de 80.000 euros, según los primeros cálculos.
El jefe de mantenimiento del santuario, un pollencí de 56 años, fue detenido el pasado jueves por el Equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca, como informó en exclusiva Última Hora. El empleado del santuario vendió algunas de las piezas en un establecimiento de compraventa de oro en Palma. Los investigadores encontraron en un falso techo de un armario de la habitación de su domicilio un total de 25.000 euros en billetes procedentes de los continuos robos en el templo y de la venta de las joyas.
El pasado 20 de febrero, el prior del santuario de Lluc y el responsable de la empresa que gestiona el museo denunciaron ante la Guardia Civil de Inca el robo de las joyas del museo. Explicaron que un visitante asiduo había observado que las piezas expuestas no coincidían con las originales y que otras ya no se encontraban en el centro museístico. Tres cordoncillos de oro mallorquines del siglo XVIII y XIX habían sido sustituidos por unas falsificaciones de bisutería de la misma longitud (entre 1,5 y 2,5 metros).
Las joyas estaban colocadas de la misma forma que las originales y, además, faltaban 20 piezas catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC), 448 medallas de diferente tipología y monedas de la época romana de gran valor. El Equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca también fue informado de la desaparición de 12.100 euros de la caja fuerte de la vicaría del santuario y de numerosas estancias, así como de los cepillos de la basílica.
Los agentes entrevistaron a más de 150 personas que trabajan en el santuario y en el museo y averiguaron que un local de compraventa de oro había adquirido por partes, en varios días, uno de los cordoncillos de oro y medallas, todo ello catalogado como BIC. Las piezas habían sido vendidas por un trabajador del museo entre marzo y julio de 2022 y ya habían sido fundidas.
La Guardia Civil descubrió que gran parte de lo sustraído no se había puesto a la venta y su prioridad fue recuperarlo enseguida para evitar su destrucción. Los investigadores solicitaron al juzgado una orden de entrada y registro en el domicilio del sospechoso y allí encontraron los 25.000 euros en billetes y dos cajas repletas de joyas catalogadas como BIC. Había más de 100 piezas.
El trabajador del santuario, que era el jefe de mantenimiento, guardaba en su taquilla una caja con monedas antiguas de Isabel II, cinco sacos transparentes llenos de donaciones y un archivo de monedas y elementos correspondientes a la Prehistoria que formaban parte de la antigua exposición museística.