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DELITO DE ODIO

El mallorquín imputado por los gritos machistas en el colegio mayor de Madrid declara en Palma que todo fue una «broma»

El joven fue expulsado después de que se hiciera viral un vídeo en el que primero él y luego un gran número de compañeros entonaban frases ofensivas contra sus compañeras del colegio de enfrente

El abogado Jaime Campaner, a la salida de la declaración de su cliente en los juzgados de sa Gerreria. | Alejandro Sepúlveda

| Palma |

El estudiante mallorquín investigado por la Fiscalía por un supuesto delito de odio por los gritos machistas en el colegio mayor Elías Ahúja de Madrid, y que supusieron un escándalo a nivel nacional, negó este martes en los juzgados de sa Gerreria de Palma que tuviera intención de ofender a las estudiantes del colegio mayor Santa Mónica o a las mujeres como colectivo y opinó que se ha sacado de contexto lo ocurrido porque se trató de una «tradición entre residencias». El joven, que estudia un grado de Derecho y ADE, fue expulsado del colegio mayor después de que se hiciera viral el vídeo en el que primero él y luego un gran número de compañeros entonaban frases ofensivas y machistas contra sus compañeras del colegio de enfrente.

El acusado, que estudió en el colegio palmesano de Montesión, y su familia han contratado los servicios del abogado Jaime Campaner y este martes por la mañana declaró por videoconferencia en el edificio judicial de sa Gerreria y contestó a las preguntas del fiscal de Madrid, según han confirmado a Ultima Hora fuentes de la investigación. Durante su comparecencia, el estudiante aseguró que se trató de una «broma» entre universitarios y que en ningún momento trató de ofender a las chicas del otro colegio mayor.

En el vídeo de la noche del domingo 2 de octubre se escucha al joven gritar desde una de las ventanas del Elías Ahúja: «Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas, sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea, vamos Ahúja». A raíz de este ataque machista, se sucedieron otros similares por parte de los estudiantes, que fueron abriendo sus ventanas al tiempo que lanzaban proclamas y cánticos que, según la Fiscalía, podrían ser constitutivas de un delito de odio, penado con multas y penas de cárcel. La escenificación estaba previamente planificada, ya que las ventanas de los cuartos se abrieron al unísono después de que el mallorquín lanzara su arenga machista.

Al margen de la investigación judicial en marcha, la Universidad Complutense también ha abierto diligencias, para determinar si los jóvenes cometieron un delito. El alumno acusado prestó este martes declaración durante media hora y después se marchó acompañado de su letrado, a la espera que desde la Fiscalía se puedan adoptar nuevas medidas o archiven el caso. Tras hacerse público el episodio, el alumno fue expulsado del colegio mayor durante más de un mes, después de que la dirección abriera un expediente informativo para aclarar lo ocurrido. El asunto, además, provocó un alud de condenas públicas e incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se mostró indignado con los cánticos: «El machismo no es una tradición, es una aberración».

El apunte

El abogado Campaner: «Fue desafortunado, pero el chico no es un delincuente»

A su salida de los juzgados de sa Gerreria, el abogado Jaime Campaner, que defiende al acusado, explicó a Ultima Hora que «toda conducta debe analizarse en su contexto y, desde luego, aunque visto desde fuera y sin conocer las circunstancias, las expresiones sean malsonantes o desafortunadas, eso no convierte automáticamente a quien las profiere en un delincuente». El letrado, que no quiso dar detalles del interrogatorio, añadió que «no toda conducta que pueda considerarse éticamente reprobable es un delito. El legislador ha reservado las conductas más graves como merecedoras de castigo penal. Y no es el caso. La Fiscalía está haciendo su trabajo, que es investigar, y lo está haciendo de modo imparcial y riguroso». Ahora, tras la declaración del acusado, la Justicia debe determinar si archiva las diligencias o prosigue con la investigación y el caso llega a juicio por un delito de odio.

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