La Policía Judicial de la Guardia Civil está investigando la muerte de un policía local que apareció en una casa de campo de Son Servera junto a sus dos perros, también inertes. El agente llevaba un tiempo de baja y debía reincorporarse el 20 de diciembre, pero no lo hizo. El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y se está a la espera del resultado de la autopsia.
Jonathan M. tenía unos 45 años y estaba destinado en el turno de noche de la Unidad Territorial de Costas (UTC) de Porto Cristo. Era madrileño y consiguió una permuta con un compañero para venir destinado a Mallorca. Después del verano, sin embargo, se acogió a una baja laboral, que le expiraba poco antes de Navidad.
Sin embargo, nadie reparó en que no había regresado hasta que el jueves un compañero decidió trasladarse a la casa de campo donde sabía que vivía el agente, en las afueras de Son Servera. Al asomarse por una ventana, descubrió que estaba en el interior de la vivienda, sin vida y en estado de descomposición.
El policía pidió ayuda a sus compañeros y el caso pasó a manos de la Guardia Civil, que entró en la casa con una orden judicial y examinó la escena. En principio, no había síntomas de violencia y la primera inspección evidenció que el fallecido llevaba muchos días sin vida. Los animales podrían haber fallecido de inanición, aunque este dato está por confirmar. La empresa funeraria trasladó los restos mortales hasta el instituto anatómico forense, a la espera de que se realice la autopsia que determinará la causa de la muerte y cuándo se produjo.