El joven acusado de pintar un grafiti en la pared de la estación del Tren de Sóller de Palma negó este miércoles en el juicio celebrado en Vía Alemania su implicación en el asunto. «Me he visto involucrado en una historia en la que todavía no sé qué ha pasado», afirmó el procesado. La Fiscalía solicita para él, como autor de un delito contra el patrimonio histórico, el pago de una multa de 9.000 euros y otros 7.680 por los desperfectos ocasionados. Asimismo, el representante del Ministerio Público, Jaime Guasp, en el trámite de informes, también añadió que en caso de que se condene al procesado este participe activamente en la limpieza de la pintada.
El abogado del imputado, Eloy Grandero, pidió la absolución de su cliente por falta de pruebas. Los investigadores le atribuyen el grafiti ‘Older' de la fachada de la estación de tren, que forma parte de un conjunto calificado como bien de interés cultural, porque días antes lo interceptaron de madrugada realizando uno que resultó idéntico en la calle Despuig de la capital balear. El joven, de 29 años, explicó su versión. «Venía de casa de un amigo y vi a un chico pintando en la pared, le chillé y salió corriendo. En ese justo momento me entró un apretón y me metí entre dos coches a defecar», apuntó, y añadió que se fija en los grafitis pero que no los entiende.
Agentes de la Policía Local de Palma recordaron que al llegar a la zona donde un vecino había avisado de que estaban realizando la pintada vieron al acusado «escondido entre dos coches, con las manos pintadas y una bolsa con botes de spray cerca suya». Un perito de la policía explicó que los trazos de ambos grafitis guardaban «muchas similitudes» y que cada dibujo «tiene su identidad y no se copian». También añadió que las letras tenían la misma «originalidad, relleno y colores».
El juicio quedó visto para sentencia.