El joven colombiano de 27 años, vecino de Inca, acusado de violar brutalmente a una chica en un callejón del polígono de Can Valero, a la salida de un bar de copas, negó este miércoles las acusaciones y sostuvo que las relaciones fueron consentidas. El juez, tras prolongar su detención y ordenar nuevas diligencias, ordenó su puesta en libertad.
El sospechoso pasó la noche en los calabozos de la Jefatura palmesana y a primera hora de la mañana fue trasladado en un furgón de la Policía Nacional hasta los juzgados de Vía Alemania. A su llegada, el joven entró esposado a otro detenido y se tapó el rostro al detectar al fotógrafo de este periódico.
Prolongación de la detención
El acusado prestó declaración ante la autoridad judicial y reconoció que había mantenido relaciones sexuales con la víctima, la noche de autos, pero sostuvo que habían sido consentidas por ambas partes. Añadió que, al acabar, ella le propuso que ambos fueran a su casa, lo que él rechazó porque le esperaba su hermano. El acusado, que está representado por el abogado Bernat Garí, permaneció retenido en los juzgados, mientras el magistrado ampliaba su detención a la espera de nuevas pruebas.
La chica atacada, española de 28 años, insistió en que había estado voluntariamente con un chico que ya conocía y con el que intimó en la discoteca, en la madrugada del 28 de agosto. Luego salieron a un callejón próximo, donde mantuvieron relaciones sexuales. Recuerda que el hombre le propuso otra práctica íntima y que ella se negó, y después ya no se acuerda de nada más. Unas imágenes confirman que, después de aquello, el arrestado también entró en el callejón y supuestamente mantuvo relaciones sexuales con la chica, que estaba muy perjudicada por el alcohol. La grabación recoge cuando él sale, al rato. La víctima fue localizada en shock por un operario de limpieza, deambulando por Son Anglada semidesnuda, sangrando por la nariz y con mechones de pelo que le habían arrancado con violencia.
El apunte
El juez ve «bastantes indicios» pero la Fiscalía no pidió su ingreso en prisión
Lo que parecía el martes un caso cerrado, dio este miércoles un vuelco. La decisión judicial de dejar en libertad al acusado de la brutal violación de Can Valero obliga a la policía a continuar con las diligencias. Contra los dos hombres que, por separado, entraron en el callejón con la chica, no hay pruebas suficientes para demostrar que fueron quienes le propinaron una brutal paliza y abusaron sexualmente de ella. En el auto de ayer, el juez reconoce que hay «bastantes indicios» contra el detenido, pero ninguna parte pidió su ingreso en prisión. El juzgado le ha retirado el pasaporte, para que no salga del país, y le obliga a presentarse cada día 1 y 15.