La primera parte del juicio mantiene en el aire las acusaciones contra el empresario Ha habido lágrimas, graves acusaciones, larguísimos alegatos y ningún giro inesperado. Tras doce sesiones, el ‘caso Cursach' se toma unas largas vacaciones hasta el diez de octubre. En estos días de cuestiones previas y declaraciones de acusados ha quedado claro qué dicen los acusados y sus defensas pese al silencio de Cursach y de Sbert. No está tan clara la acusación. En el juicio ya no queda rastro de drogas o de invitaciones sexuales a policías locales: las acusaciones particulares han seguido ahí el camino de la Fiscalía. Se han caído definitivamente la madame o el testigo 29 que no aparecerán por la Audiencia.
Nadie conoce a Cursach
De los 17 acusados que hay en el juicio, a Bartolomé Cursach solo le conocía en persona Bartolomé Sbert. A Sbert, ‘número dos' del grupo empresarial, sí le reconocen algunos más. Ningún policía local encausados ha admitido tener el más mínimo trato personal con el empresario previo al caso. Ni siquiera los dos que trabajaron en Megapark y que se encargaban de controlar que prostitutas no ejercieran sus servicios en la parte de atrás del establecimiento. Lo raro es que dijeran que sí le conocían, pero ahora le toca a las acusaciones demostrar lo contrario.
Defensa en bloque
La causa se centra más en la actuación de los policías locales de Palma que en otra cosa. Estos se han defendido sin fisuras. Sobre todo los cuatro acusados de la Patrulla Verde y que ha presentado documentos que acreditan el porqué de su presencia en ciertos establecimientos. «No íbamos porque les tuviéramos manía sino porque había denuncias», según Feliciano Franco, coordinador del cuerpo. A ver qué dicen los dueños de los locales cuando testifiquen. Del resto también hay datos de descargo relevantes: uno trabajaba en Manacor, otros en la otra punta de la ciudad.
Las nulidades
Lo más relevante que ha pasado hasta ahora es el auto en el que la Sala resolvía las cuestiones previas. De momento, descartaba cualquier nulidad a falta de ver lo que ocurre en el juicio. Un detalle: la gran mayoría de las preguntas que hicieron las magistradas se produjeron tras oír el nombre del fiscal Miguel Ángel Subirán o el juez Manuel Penalva. Cada vez que los acusados denunciaron coacciones para declarar en determinado sentido, amenazas con la prisión preventiva o maniobras como el funcionario de Calvià que actuaba por órdenes del instructor, la sala pidió aclaraciones o ampliar esas alegaciones.
Teresa Bueyes
El mismo día que arrancaba el juicio, una de las acusaciones particulares designó como abogada a Teresa Bueyes, conocida por representar a famosos del corazón. El primer día pretendió una nulidad de todo el caso para ampliar los hechos a juzgar. Petición desestimada. En dos ocasiones ha pedido que comparezcan como testigos Penalva y Subirán, también sin éxito. Ha anunciado una querella contra el fiscal y ha recibido reprimendas por su actividad en Instagram y por tardar una semana en contestar a un requerimiento del tribunal. Eso sí, se ha hecho con uno de los focos del juicio. Las otras acusaciones particulares, en especial la articulada en torno a Ángel Ávila han mantenido un perfil mucho más discreto a lo largo de la primera parte de la vista.
El papel de la Fiscalía
Tras el tijeretazo en la acusación, la Fiscalía parece estar a la espera. Cualquiera que haya visto interrogar a Juan Carrau a los acusados en otros procedimientos como un martillo pilón habrá notado que la actitud en esta causa es otra. El Ministerio Público parece estar a la espera de que desfilen los testigos para tener claro qué se mantiene de la acusación inicial y qué no. Es una consecuencia de que afloren ahora pruebas de descargo que no se tuvieron en cuenta antes o simplemente del procesamiento de Penalva y Subirán en el TSJIB.
Policía Local
El juicio volverá el diez de octubre. Antes, las magistradas habrán elaborado un calendario para repartir a los casi 350 testigos que quedan propuestos, aunque no se descartan nuevas renuncias en los próximos días. Habrá varias sesiones explosivas. Quizá, las principales tendrán que ver con las comparecencias de policías locales que aportaron datos durante la instrucción. Sus antiguos compañeros han cargado las tintas ahí y han hablado de un «golpe de estado» en San Fernando. Otra cosa en la que han coincidido: ¿Por qué unos agentes fueron detenidos y ahora están en el juicio y otros, a los que se les investigaba por asuntos similares están en su casa?
El tribunal
«Siento que por primera vez me puedo defender». Varios acusados han agradecido su actuación al tribunal. Las tres magistradas han dejado hablar tanto a abogados defensores como a acusados. Han podido explayarse. Al mismo tiempo, la presidenta y la ponente en especial (Samantha Romero y Rocío Martín) han pilotado las sesiones con autoridad y varias advertencias de que no tolerarán injerencias ni juego sucio.