Indignación en Lloret ante una intensa noche de vandalismo y robos. Este habitualmente tranquilo pueblo del Pla amaneció el domingo con numerosos destrozos en el convento, el parque infantil de sa Riba y los aseos del polideportivo de sa Comuna. La Guardia Civil tuvo que acudir en dos ocasiones para recabar pistas y poder dar con los autores.
El acto más grave fue la incursión en el convento, un antiguo recinto religioso situado en la plaza que conecta internamente distintos espacios de uso social y cultural, el Ayuntamiento y la iglesia parroquial. Los investigadores creen que el objetivo era llegar a la caja fuerte de la sacristía. En su recorrido se abrieron paso reventando puertas y cristales de un edificio que el Ajuntament acaba de remodelar con una inversión cercana al millón de euros.
Rabia e impotencia
«Los ladrones sabían lo que buscaban porque para llegar hasta la sacristía hay que atravesar un laberinto de pasadizos y ellos lo hicieron sabiendo por dónde ir, armados con cizallas, ropa específica y un soplete que abandonaron en su huída», apunta el alcalde de Lloret, Antoni Benassar, que fue el primero en mostrar su disgusto e impotencia en las redes sociales.
Los ladrones no lograron reventar la caja fuerte, pero causaron importantes daños de los que se ha hecho cargo el seguro. Esa misma noche, el vandalismo se cebó con los juegos del parque y con los baños del polideportivo. «Es triste ver que entre nosotros vive este tipo de gente sin escrúpulos ni valores», señala el alcalde.