El cuerpo de Haider, el niño de seis años que cayó hace tres días en un pozo de agua en el este de Afganistán, fue hallado sin vida este viernes por los equipos de rescate, que en una labor ininterrumpida consiguieron llegar hoy al lugar donde se encontraba atrapado. El cuerpo del niño fue hallado «sin vida pese a todos los esfuerzos» conjuntos de las autoridades, los trabajadores y el resto de ciudadanos, de acuerdo con un mensaje en la red social Twitter del portavoz adjunto de los talibanes Ahmadullah Wasiq.
El líder talibán Anas Haqqani, que se trasladó anoche al lugar del accidente para supervisar las labores de rescate, lamentó esta «enorme tragedia» que ha entristecido a toda la nación, y expresó sus condolencias a la familia. Las autoridades del Gobierno de los talibanes, empresas de construcción y otros ciudadanos tomaron parte del rescate, intentando sortear la escasez de recursos mecánicos que dificultaron la operación.
El rescate de Haider fue ganando atención pública el jueves, con figuras de la política presentes y oraciones públicas para rogar por que el niño pudiera ser extraído con vida del agujero. En las redes sociales se sucedieron los mensajes en los que se comparaba este accidente con el caso reciente del niño Rayan, rescatado sin vida tras casi 100 horas en el fondo de un pozo en Marruecos, y lamentaban que la atención mediática internacional no fuera la misma. Este suceso se produce en medio de una profunda crisis económica en Afganistán, por lo que los gobiernos provinciales tienen cada vez menos recursos para hacer frente a las emergencias o las necesidades básicas del país.
A pesar de que se han producido más casos de menores que han caído a pozos en Afganistán, ni las autoridades ni los familiares toman medidas serias para evitarlo, ya que se les permite deambular libremente por las aldeas a partir de los dos años de edad. La mayoría de los pozos se construyen en áreas rurales para hacer frente a la sequía o para cultivar amapola en zonas donde no llega el agua, y carecen en general de cubierta, aumentando las posibilidades de que caigan animales o personas.