La dirección del conflictivo centro de menores Norai está instalando barrotes en las ventanas de la segunda planta. Se trata de una medida para evitar que los internos salgan a la fachada y traten de pasar de una habitación a otra.
Otro de los motivos de esta iniciativa es conseguir que los menores no se sienten en la ventana con los pies colgando para hacer botellones, escuchar música o fumar porros. Algunos partidos políticos de la oposición se preguntan si esta instalación cumple las medidas de seguridad y si la misma pone en riesgo una posible evacuación de la planta en caso de incendio.
Los vecinos de la barriada siguen en pie de guerra con el centro y exigen la expulsión inmediata de lugar.