Digna de una superproducción de Hollywood. La Policía Local de Palma detuvo este viernes a mediodía en Andratx a un conductor de un Fiat Panda que huyó durante más de 30 kilómetros tras ser interceptado en Son Ferriol dando bandazos. Hizo caso omiso a los agentes que le dieron el alto y emprendió la fuga hacia el pueblo donde reside. La osadía del hombre, de nacionalidad española, finalizó tras estrellarse con un vehículo policial que le cerró el paso en la avenida de la Curia.
Debido al impacto, el sospechoso, que fue detenido en el lugar, sufrió heridas sangrantes en el rostro tras golpearse la cara con la ventana. Tras una primera asistencia in situ, fue trasladado al hospital de Son Espases.
Los problemas al volante del arrestado se remontan a horas antes. Circulaba por Son Ferriol de manera temeraria. Varios testigos avisaron a la Policía Local de lo que presenciaron, dándoles la matrícula. Ya advirtieron que parecía bebido y drogado. No se equivocaron.
Al acudir los agentes por la zona interceptaron al conductor, que no se detuvo a pesar de las repetidas advertencias. Y no solo eso, sino que decidió emprender una temeraria huida que finalizó más de 30 kilómetros después. Todo esto al volante de un Fiat Panda de alquiler.
Los agentes de la Policía Local de Palma avisaron a la Guardia Civil y a sus colegas de Andratx al comprobar que el conductor se dirigía hasta allí. Un agente del pueblo decidió coger un vehículo todoterreno del cuerpo e ir en dirección al hombre que, sin pensarlo, se estrelló contra él. Resultó herido y quedó arrestado en ese mismo momento.
Tensión en la carretera y pánico en el pueblo de Andratx
Los agentes de policía todavía se preguntan qué pudo pasar por la cabeza del detenido para decidir huir durante más de 30 kilómetros. Durante el seguimiento comprobaron que el conductor circulaba con el más absoluto desprecio por su vida y por todo lo que se encontraba a su paso, por lo que su escapada acabara sin más heridos fue un milagro. Decenas de vecinos del pueblo de Andratx, sobresaltados por los acelerones y frenazos, se agolparon en la avenida de la Curia y presenciaron el arresto de su vecino.