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La locura se desata de nuevo en Punta Ballena en otra noche de drogas y alcohol

Entre 4.000 y 6.000 jóvenes se congregaron en la madrugada del sábado al domingo

Imágenes de la actuación policial en Punta Ballena. | Youtube Ultima Hora

| Palma |

La locura se apodera de nuevo de Punta Ballena y convierte al último fin de semana del mes de agosto en un auténtico festival de drogas y alcohol. A diferencia de días anteriores, bajó muy significativamente la afluencia de turistas franceses dejando paso para que los británicos tomaran el control de la fiesta.

Entre 4.000 y 6.000 jóvenes se congregaron en la madrugada del sábado al domingo en los locales de Punta Ballena, avenida Magaluf y calles adyacentes. Un amplio dispositivo policial integrado por agentes de la Policía Local de Calvià y de la Guardia Civil tuvieron que emplearse esta madrugada con contundencia para poner freno a los desmanes de una multitud de turistas borrachos.


Restauradores

La mayoría de restauradores de la zona volvieron a demostrar profesionalidad y exigieron que los clientes cumplieran con la normativa anti COVID-19. Tampoco se permitía que sacaran las copas a la calle o que los jóvenes fueran sin camiseta. Hace unos días, los incumplimientos provocaron el cierre de dos establecimientos de la zona.

Pasadas las doce, comenzaron a verse algunos individuos nigerianos sospechosos, que venden pastillas, marihuana y cocaína a los turistas. Algunos, en años anteriores, fueron detenidos por practicar ‘mata león' con algunas de sus víctimas. La técnica consiste en asfixiar al rival rodeándole el cuello con un brazo desde atrás.

Nada más verlos, los agentes los identificaron y procedieron a cachearlos. También aparecieron prostitutas africanas, que se acercan a los extranjeros cuando detectan que el grado de alcohol está haciendo estragos. No pretenden mantener relaciones con ellos, sino engañarlos para robarles la cartera.

La noche dejó algunas peleas, pero la profesionalidad de los agentes actuantes de la Policía Local y Guardia Civil evitaron males mayores. Los policías tuvieron que emplearse a fondo ante una multitud enfurecida que no quería acabar la fiesta.

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