La Fiscalía reclama una condena de dos años de cárcel para la encargada del comedor de alérgicos de La Salle y para una monitora por la muerte de la pequeña Naia. El fiscal las lleva a juicio por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave. La niña, de 4 años, falleció el 24 de mayo de 2019 por una reacción alérgica tras tomar un sándwich de helado de nata que contenía proteína de leche de vaca.
La menor murió en torno a las dos de la tarde. Naia tomó de postre un sándwich de helado de nata, que contenía proteína de leche de vaca, a la que era alérgica. Empezó a encontrarse mal y se desplomó. Los profesores dieron aviso a los servicios de emergencias y varias ambulancias se desplazaron hasta el centro escolar en cuestión de minutos.
La alumna sufrió un shock anafiláctico, entró en parada cardiorrespiratoria y los médicos del 061 intentaron estabilizar sus constantes durante más de una hora, pero no consiguieron salvarle la vida.
La encargada del comedor de alérgicos y la monitora, según el escrito de los abogados de la acusación particular, Daniel Castro y Manuel Ponce, tenían conocimiento de que la menor era alérgica a la proteína de leche de vaca y de las graves consecuencias que suponía para su salud la ingesta de ese alimento.
Naia iba a segundo de Infantil y durante los dos años en los que asistió al comedor «jamás» se le había dado ningún helado o similar. El 24 de mayo comió sopa de pescado, pavo braseado y el sándwich de nata. En el envoltorio del helado se indicaba que estaba «elaborado con leche de vaca y que los alérgicos a la proteína de la leche de vaca no podrán consumir este producto». La encargada del comedor de alérgicos, según el escrito de los abogados de la familia de la víctima, entregó a la monitora el helado para que se lo diera a Naia.
Silla amarilla
La menor estaba sentada en una silla amarilla destinada a los alérgicos y marcada con la siguiente frase: «Alérgico proteína de leche, ¡ojo!». La monitora reconoció en su declaración en el juzgado que en su grupo únicamente Naia tenía una «circunstancia especial» y que preguntó a la encargada del comedor por «el postre para su niña».
La compañía aseguradora del colegio La Salle de Palma, así como la de la empresa encargada del comedor, han indemnizado a los padres de la víctima.