Arrestado por tocarle las nalgas a una joven, con alto grado de discapacidad, y ofrecerle dinero a cambio de su silencio, en Palma. Pasaban unos minutos sobre las 22.30 horas del pasado sábado cuando varios vecinos de las viviendas Verge de Lluc alertaron a los equipos policiales de la presencia de un hombre –vecino de la zona– que había sido protagonista de un caso de presuntos abusos sexuales.
Con suma rapidez, agentes del grupo de Radio Patrullas (zetas) de la Policía Nacional llegaron al lugar y se desplegaron por la zona. Los requerientes del servicio y otros vecinos que allí se encontraban en ese momento solicitaron la presencia policial y se entrevistaron con los funcionarios policiales. Todos ofrecieron un relato coherente y muy concreto sobre lo sucedido.
Testigos presenciales
Resulta que los testigos sostenían que un vecino –facilitando domicilio y datos personales del mismo– había tocado las nalgas de forma libidinosa y con «instinto salvaje sexual» a una joven. Los residentes, desde un primer momento, informaron de que la víctima era una chica con una destacada discapacidad intelectual y les indicaron la posición de la misma. Ante todo, y cumpliendo el protocolo establecido, una patrulla acudió hasta la posición de la víctima para ofrecerle su ayuda y protegerla.
En estos casos, la protección de los más vulnerables es la máxima premisa policial. Una vez que se hubieron entrevistado con ella, los policías comprobaron que su versión, limitada por la discapacidad, coincidía básicamente con la de los testigos.
Tras obtener la dirección del domicilio del acusado, los policías se dirigieron a la vivienda. El ahora detenido les recibió y negó en todo momento las acusaciones de abuso sexual.
Sin embargo, el acusado entró en algunas contradicciones, llegando en un primer momento a decir que no conocía a la chica para, poco después, acabar reconociendo que sí la conocía. Ante la declaración de los testigos y la credibilidad del víctima, se procedió a su arresto acusado de un presunto delito de abuso sexual.
Una patrulla acudió al domicilio de la víctima y se entrevistaron con sus tutores legales (padres). Acto seguido, interpusieron denuncia en la Jefatura Superior de Policía.