Los dos hermanos, integrantes del conflictivo clan gitano, acusados de agredir a dos policías locales en Cala Rajada entonan el 'mea culpa' y piden perdón.
«Pedimos perdón a los policías agredidos. Me cogió en un mal momento porque venía de una fiesta y estaba muy perjudicado. No me pude controlar y la situación se me fue de las manos». Estos son algunos de los fragmentos de la declaración policial de los dos agresores de los policías de Capdepera que este Lunes Santo se entregaron de forma voluntaria en el cuartel de la Guardia Civil de Artà.
Acompañados de su abogado, Tomeu Salas, ambos hermanos prestaron declaración. Durante todo su relato de hechos trataron de eludir entrar en polémicas y mantuvieron una línea de moderación y apaciguadora.
Los dos detenidos son conscientes de que la situación generada en el municipio les pone en el punto de mira policial y de sus propios vecinos. Además de hacer frente a la responsabilidad jurídica de sus actos delictivos, tendrán que asumir que la vigilancia y control de la zona será máxima. «La venta de droga por parte de este clan y en la zona tiene los días contados», apuntaban fuentes policiales.
Uno de los hermanos reconoció los hechos mientras que el otro, además de lamentar lo sucedido, apuntó que él sólo estaba separando a la gente. Ambos pasarán la noche en los calabozos hasta que a primera hora del martes pasen a disposición judicial en el juzgado de guardia de Manacor.