Primeras condenas por romper el confinamiento el pasado mes de marzo. Uno de los infractores reincidentes que llegó a ingresar en prisión aceptó este jueves una condena de tres meses de cárcel por un delito de desobediencia.
El acusado había sido sorprendido tres veces ya en la calle cuando fue detenido por la Policía Nacional. Tras ser denunciado por incumplimiento los días 19, 25 y 29 de marzo fue encontrado el último de estos días otra vez en la calle. En ese momento estaba cerca de la estación intermodal de autobuses y daba golpes a una mampara de publicidad. Los agentes que le vieron, le requirieron para que regresara a su casa por la alerta sanitaria.
Se negó: «Voy a seguir caminando por Palma hasta encontrar a alguien para darle unas hostias y acabar detenido». Su deseo se cumplió sin necesitar pegar a nadie. Fue arrestado y puesto a disposición judicial. Se convirtió en uno de los primeros que ingresó de forma preventiva en la cárcel y pasó 21 días, hasta el 20 de abril, en el centro penitenciario de Palma. Ayer, en el juicio, su defensa alcanzó un acuerdo con la Fiscalía, que dejó en el mínimo legal previsto la condena por ese delito. No obstante, el acusado sumará esta condena a otra por unos hechos distintos que le tienen ahora dentro de la cárcel.
Alrededor de una quincena de personas ingresaron en prisión por incumplimientos reiterados del estado de alarma y de las órdenes de confinamiento. Estas causas se han traducido en peticiones de prisión de hasta ocho meses de cárcel por parte de la Fiscalía en juicios que se sucederán en las próximas semanas. En paralelo se tramitan los primeros recursos contra las multas interpuestas por la Delegación por romper el confinamiento.