José Mota Barea era un policía nacional ejemplar. La madrugada del 28 de agosto de 2015, y mientras realizaba funciones de vigilancia en el módulo de detenido de Son Espases, sufrió una agresión por parte de un preso que quería fugarse del hospital y se golpeó fuertemente en la cabeza. Ingresó en la UCI y falleció año y medio después, en febrero de 2017.
El acusado de provocarle la muerte, un hombre de nacionalidad senegalesa y que se encontraba en situación irregular en el país cuando ocurrió el suceso, reconoció los hechos este martes en un juzgado de lo Penal de Palma y aceptó una pena de dos años y medio de cárcel como autor de un delito de homicidio imprudente en concurso ideal con quebrantamiento en grado de tentativa, tres delitos leves de lesiones y atentado. El imputado tendrá que abandonar España cuando cumpla tres cuartas partes de la condena o acceda al tercer grado.
Altercado
El procesado fue trasladado al hospital de Son Espases desde la cárcel de Palma después de provocar serios altercados en la prisión, donde se encontraba cumpliendo condena por varios delitos. Minutos antes de la 1 de la madrugada del 28 de agosto atacó a una enfermera cuando esta entró a su habitación. Según admitió el hombre, la agarró del cuello, la sacó al pasillo y le dijo a un agente de policía, compañero del fallecido, «como no me dejes salir la mato». El agente forcejeó con él, la facultativa pudo escapar y también el reo, que en su intento de huida se topó con José Mota Barea. Le dio un fuerte empujón y el policía nacional impactó con el lateral de su cuerpo contra el marco de una puerta de cristal y aluminio blindado, quedando malherido en el suelo. Fue atendido allí mismo. Sufrió una parada cardiorrespiratoria y su estado era crítico. Después de varios minutos los médicos consiguieron estabilizarlo e ingresó en la UCI. Antes de su muerte, en febrero de 2017, sufrió varias complicaciones y fue de nuevo hospitalizado por motivos psicológicos y sufrió una intervención quirúrgica. La operación se complicó y falleció la madrugada del día 11. La fiscalía ha sostenido en todo momento que las complicaciones del estado de salud del agente estuvieron directamente relacionadas con el ataque del preso.
El acusado, además de la pena de prisión, tendrá que indemnizar al hijo del agente fallecido en 60.000 euros en concepto de responsabilidad civil. Todo apunta a que no podrá hacer frente al pago de esa cantidad y por ello durante la vista se dirimió quién tendrá que hacerlo, si el hospital de Son Espases o bien la Policía Nacional. Se considera que hubo cierta negligencia, ya que el preso, que debía de estar bien vigilado en su habitación, logró salir y provocar el incidente que acabó posteriomente con la vida de José Mota. En un principio, el ministerio público solicitaba para el acusado una pena de once años y cuatro meses de prisión por estos hechos. Antes de la vista las respectivas defensas llegaron a un acuerdo con el fiscal y la condena quedó fijada en dos años y medio de cárcel. El fiscal tuvo en cuenta como atenuante la enajenación mental del acusado en el momento de los hechos.