La noche del 24 de agosto de 2019, un hombre estaba en el sofá de su piso de Palma, en camiseta y calzoncillos, viendo el resultado del partido de fútbol que enfrentó al Real Madrid con el Valladolid: 1-1. Sobre las 20.50 horas, su exmujer, con la que convivía después de 47 años de matrimonio, se disponía a salir del domicilio.
«Le dije que me iba y escuché que se levantaba del sofá. Me giré y lo vi con una cuerda en las manos, me quería estrangular», recordó este miércoles la víctima en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
La mujer, según su versión, le preguntó qué hacía y el hombre le respondió: «Te mato porque no me quieres». Ambos iniciaron un forcejeo y la denunciante le mordió un dedo de la mano. «Me empujó y caí al suelo. Yo le pegué una patada y él también cayó. Cogí una barra de hierro de la mesa y le golpeé. Llegó un momento en que no tenía fuerzas para pedir auxilio. Siempre he tenido miedo a este hombre, me he querido separar un montón de veces. Hacía 10 años que no hacíamos vida en común. Ni comíamos juntos, ni desayunábamos juntos, ni dormíamos juntos, ni nada», añadió la denunciante. «Estaba avergonzada de ser una mujer maltratada».
El acusado, español de 68 años, reconoció que mantuvieron una discusión, pero ofreció una versión totalmente distinta. «Mi mujer me pegó un empujón y me tiró sobre una mesa de cristal. Cogió una pata de la mesa y empezó a pegarme». El presunto agresor, que camina apoyado en una muleta, negó que cogiera una cuerda y que intentara ponérsela en el cuello. «Estoy fastidiado de los brazos». Los tres hijos de la pareja coincidieron en que su padre siempre ha tenido una actitud agresiva hacia su madre. «Yo recuerdo platos volar en el piso de Palma», dijo uno de ellos.
La Fiscalía pide una condena de 12 años y medio de cárcel para el hombre por delitos de intento de homicidio, violencia habitual y coacciones.